“Aquí la fibra es más potente que en París”, ríe Geoffroy Marty. El director y accionista mayoritario de Evocati abandonó la capital hace un año para instalarse en Hautefort, al este de Dordoña. “Estaba cansado del tumulto de la vida parisina”, afirma el jefe de 54 años. En Périgord no nos quedamos en una conejera. Estamos mucho mejor aquí, con la tranquilidad y la calidad de vida familiar”.
El traslado al suroeste es un paso importante para la empresa que nació gracias al azar. Geoffroy Marty “cayó en TI” cuando era muy joven. Tras su bachillerato científico, se fue a Estados Unidos durante un año donde aprendió a dominar el lenguaje de Shakespeare. Una novia alemana finalmente lo convenció de interesarse por los idiomas. “Llegué al mercado laboral en los años 90, vi un anuncio para ser periodista y entré en una revista de videojuegos”. Ascendió de rango, llegó a ser editor en jefe y luego dirigió publicaciones ilustres de la época, como “PC Team” y “PC Mag”.
“En aquella época conocí a editores de videojuegos que tenían problemas para encontrar personas especializadas en traducciones”. Luego creó su primer negocio. Luego, una segunda en 1999, tras un desacuerdo con su socio, Evocati. Los primeros años había tres empleados, frente a los diez actuales. “Subimos muy fuertes, muy rápido. Sony y Microsoft acababan de lanzar sus consolas. Luego, vivimos varias crisis relacionadas con los videojuegos en particular y las nuevas tecnologías en general. Nos quedábamos con dos empleados y nos las arreglábamos. Fue complicado por un tiempo. »
Gigantes de la industria
La vida de la sociedad tiene sus altibajos. El Covid inició un nuevo ciclo, con aficionados encerrados en casa que consumían productos masivamente. “Después, el mercado dio un giro y la industria despidió gente”. El directivo vio que el teletrabajo funcionaba y sugirió que sus empleados se reunieran con él en su región natal. “Nos siguieron y al final sólo quedaron dos personas en París. »
Desde entonces, Evocati ha ido trazando discretamente su camino: “No estamos en una lógica de desarrollo a corto plazo. Intentamos que el negocio dure. Nuestro principal competidor es una gran empresa internacional que cotiza en la Bolsa de Londres y que ha realizado compras masivas. Es lo contrario de nosotros. » El pequeño artesano, que afirma ser “la última estructura independiente de este tipo en Francia”, puede presumir de haber contribuido al éxito de “Fortnite”, “League of Legends” o “Warcraft”, gigantes del sector. Suficiente para garantizar una facturación que oscila entre 750.000 y 1,5 millones de euros, de los cuales el 99% se genera en el extranjero.