Los dinosaurios ciertamente lo probaron todo asuntoasunto de morfologíamorfología y, en particular, medios de protección. En un mundo donde los superdepredadores acechaban en cada rincón del bosque, era mejor estar bien protegido cuando eras herbívoro, incluso si pesabas varias toneladas.
Muchas especies de dinosaurios presentan así toda una batería de defensas que van desde los cuernos, las garras, las mazas hasta los extremos de la cola o las espinas dorsales. Pero una de las más efectivas fue sin duda la armadura que llevaban los famosos anquilosaurios y sus parientes.
Una capa de queratina que cubre la armadura ósea.
El fósil de un nodosaurio, un herbívoro de más de cinco metros de largo y parte del cladoclado anquilosaurios, también ha revelado el increíble rendimiento de esta armadura protectora. En este fósil extremadamente bien conservado que data de principios del siglo CretáceoCretáceo (alrededor de 110 millones de años), los investigadores han encontrado restos de bordillobordilloel mismo material del que están hechos nuestro cabello y nuestras uñas. Un hallazgo notable porque la queratina no tiende a conservarse adecuadamente durante el proceso de fosilizaciónfosilización.
Hasta ahora, se pensaba que la principal protección de los anquilosaurios y nodosaurios la proporcionaba una estructura de placas óseas que portaban en sus deldel y que sólo una fina capa de queratina lo habría cubierto. El nodosaurio petrificado descubierto en 2017 en una mina de Alberta (Canadá) revela, sin embargo, que esta capa de queratina era en realidad mucho más espesa y que habría desempeñado un papel protector muy importante.
Una verdadera cota de malla
La armadura ósea de los nodosaurios habría estado cubierta por una capa de queratina de 16 centímetros de espesor, que habría actuado como una auténtica cota de malla. Como se informa en este artículo de LiveSciencelas simulaciones revelaron que el animal podría haber resistido una fuerza equivalente a la del impacto de un autoauto lanzado a tope vitessevitesse ! Esta doble protección habría asegurado a estos dinosaurios la supervivencia frente a depredadores capaces de infligir poderosas picaduraspicaduras.
Estos resultados fueron presentados por Michael Habib el 30 de octubre de 2024, durante el congreso de la Sociedad de Paleontología de Vertebrados.