Hay un aire de Montmartre en las calles de Dafen. Por todas partes encontramos caballetes, pinceles y, sobre todo, cuadros de maestros, o casi. En el pueblo sólo encontrarás copias, a veces muy alejadas de la obra original. Aficionados o artistas, todos participan. Sin embargo, algunas personas no dudan en recorrer kilómetros para adquirir un lienzo falso. Este pueblo del sur de China vivió su época dorada a principios de los años 2000. En aquella época, tres de cada cinco reproducciones vendidas en todo el mundo procedían de aquí. Así es como Xiaoyong Zhao se convierte en el Van Gogh chino. Hace 27 años que este ex trabajador dejó sus maletas en Dafen para probar suerte. Su estilo le llevó a especializarse en reproducciones de Van Gogh, muy popular en China. Hoy quiere crear sus propias creaciones, pero le resulta difícil salir de la sombra del maestro. La gran mayoría de sus clientes siguen pidiéndole copias. Una reproducción puede costar hasta 6.700 euros. Económicamente, es cierto, el estudiante ha superado con creces al maestro. Se dice que Vincent Van Gogh sólo vendió una bandeja durante su vida. TF1 | Informe M. Zambrano, J. Jankowski, K. Gao
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