Según el INSEE, entre 2015 y 2020, más de 150.000 franceses optaron por renunciar a su coche y adoptar la bicicleta para llegar a su lugar de trabajo o de estudio. Esta evolución se ha observado en particular en los municipios centrales (municipios centrales de áreas urbanas), donde el uso de la bicicleta es dos veces mayor que en el resto del territorio. Este uso va acompañado del uso de equipos de protección personal. Los cascos entran en esta categoría. Están diseñados para prevenir fracturas de cráneo en accidentes de alta o baja velocidad.
Pero ¿qué pasa con el daño cerebral más sutil causado por los movimientos de rotación de la cabeza? Esta es la cuestión a la que se enfrentan numerosos estudios, incluido uno1 publicado por un equipo de investigadores británicos, intentó responder. “Descubrimos que los cascos con tecnología, como el sistema de protección contra impactos multidireccional o el sistema WaveCel, reducen significativamente el riesgo de lesiones cerebrales por aceleraciones rotacionales entre un 30 y un 40% en comparación con los cascos tradicionales”. explica el equipo de investigación. Estos sistemas de rotación brindan una mejor protección en caso de impacto oblicuo, un escenario común en los accidentes de bicicleta.