El 12 de septiembre un estadounidense realizó un paseo espacial. Sin embargo, este hombre, el multimillonario Jared Isaacman, no es un astronauta profesional. Es más como… un turista. Este salto al espacio de un “no astronauta” es el primero en la historia. Pero ella no será la última. El turismo espacial está ganando popularidad… y no a todos les gusta. ¡Aquí están los diferentes argumentos!
Los argumentos a favor
Más dinero y más empleos
Explorar el espacio es muy caro. El interés de los ricos por esta ciencia es una buena noticia. Esto significa más dinero para construir lanzaderas, equipos y misiones, por ejemplo. Estos viajes también podrían utilizarse para realizar experimentos. Y si el turismo espacial continúa desarrollándose, también creará muchos puestos de trabajo.
Podría ayudar a la ciencia
Siempre nos sorprendemos cuando vemos a los astronautas en ingravidez o la Tierra vista desde el espacio. Cuanto más turismo espacial haya, más veremos estas imágenes oníricas. Y, sobre todo, más accesible te parecerá el espacio. Esto puede atraer a los jóvenes a la ciencia.
Puede crear conciencia
Los científicos esperan que estas aventuras de los ultraricos en el espacio les hagan darse cuenta de lo frágil que es la Tierra. Estos viajes podrían ser el detonante que los empuje a ellos y a sus amigos multimillonarios a invertir mucho dinero en salvar nuestro planeta.
Argumentos EN CONTRA
¡Contamina!
Se estima que un viaje al espacio es hasta 100 veces más contaminante que un vuelo Montreal-París. Además, se estima que hay más de 130 millones de trozos de escombros orbitando alrededor de la Tierra, como trozos de cohetes o satélites. Cada lanzamiento genera escombros.
Realmente no avanza la exploración espacial.
Son los robots y la inteligencia artificial los que harán avanzar la exploración espacial. Un pequeño robot controlado a distancia como Perseverance, que explora el planeta Marte con sus 29 cámaras desde 2021, es mucho más eficiente que un humano.
Reservado para los ultraricos
Básicamente, estas expediciones son un privilegio de los ultraricos. Incluso si hay cada vez más turismo espacial, nunca será accesible para toda la población. Y no es ahí donde los ricos y poderosos deberían poner su energía.
