Sophie Fillières dio sentido a las imágenes. Su última película “Ma vie, ma gueule” se estrena en los cines

Sophie Fillières dio sentido a las imágenes. Su última película “Ma vie, ma gueule” se estrena en los cines
Sophie Fillières dio sentido a las imágenes. Su última película “Ma vie, ma gueule” se estrena en los cines
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Mientras que su última película, “Ma vie, ma gueule”, se estrena en los cines este miércoles 18 de septiembre, la Cinémathèque française le dedica una retrospectiva. Una oportunidad para ver y volver a ver sus bellísimas películas y rendirle un nuevo homenaje.

La última película de Sophie Fillières (fallecida hace poco más de un año), la magnífica Mi vida, mi carase acompaña –bastante acompañante– de una retrospectiva que le dedica la Cinémathèque française hasta el 23 de septiembre. La oportunidad de (re)ver Ay (obra maestra), Amable (obra maestra), Un gato, un gato, Detente o continuaré, La belleza y la bellezaetc., y su primer largometraje, que se volvió invisible por problemas de derechos: Grande pequeño (1994), con Judith Godrèche.

Las películas de Sophie Fillières son como trenes que avanzan a toda velocidad en la noche. Pero no van en línea recta, sino a la manera de un “Estoy harto, marabout, trozo de cuerda, silla de caballo”, como un sistema de asociaciones de ideas. Saltos de pensamiento que tienen todo que ver con el psicoanálisis lacaniano del que fue ferviente seguidora, lo que la ayudó a adentrarse en ese bosque oscuro y desordenado que es la vida y a encontrar un camino para caminar allí, para intentar seguir avanzando según su razón.

Lógica poética

Cuando, en el bello libro corto pero denso Sophie Fillières, el lado correcto del lado equivocado (que acaba de publicar Playlist Society y que contiene una rica entrevista con el cineasta, película por película), le presentamos la idea de que siempre es “una idea visual que presenta un personajeElla responde: “Sí, quien dibuja a alguien. Después, se expande, desde adelante, desde atrás, desde lo siguiente.” – ¡Qué sentido del ritmo, de la escansión: una lógica poética!

Sophie Fillières era una amiga: me llamaba “JayBee”, yo la llamaba “Sophaille” y hace poco comprendí que sonaba como “Soph-aïe”. Cuando hablaba de sus hijos, Agathe y Adam Bonitzer, Sophie decía con una sonrisa y los ojos brillantes: “Son la niña de mis ojos.” Esta metáfora, a priori banal, común, tenía un sabor literal en su boca: la sentía profundamente, no era un cliché. Hoy, que sus alumnos, a petición suya, han montado en su lugar su magnífica última película, esta imagen aparece en toda su coherencia, su clarividencia profética, su belleza de arco iris. El círculo se ha completado, la imagen ha cobrado sentido. Tal vez eso sea lo que significa ser cineasta: lograr dar sentido a las imágenes que te funcionan. Trabajas… ay, perdón.

Mi vida, mi carae, de Sophie Fillières, con Agnès Jaoui, Angelina Woreth, Édouard Sulpice. En cines el 17 de septiembre.
Sophie Fillières, el lado correcto del lado equivocadode Charlotte Garson, Quentin Mével y Dominique Toulat, Playlist Society, 144 páginas, 12 euros.

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