El último partido del año 2024 del OM, que tendrá lugar este domingo en Saint-Étienne contra el ASSE en la Copa de Francia, es una oportunidad ideal para que Roberto De Zerbi dé tiempo de juego a ciertos jugadores que carecen de ritmo. Este tipo de encuentro contra un Saint-Étienne en plena crisis, que acaba de despedir a su entrenador Olivier Dall’Oglioofrece una interesante ventana de disparo para revivir elementos en dificultad. A los jugadores les gusta sostén, koné o Lugarque lucha por encontrar su lugar en el once, necesita esta competición para volver a la normalidad. amina haritque regresa de una lesión, también debe aprovechar esta oportunidad para recuperar su nivel, al igual que el portero suplente De Langeque no suele tener la oportunidad de brillar. Sin olvidar a los jóvenes talentos del centro de formación, que muchas veces tienen esta oportunidad de brillar en la Copa. Pero donde la rotación puede ser beneficiosa, también lo es a nivel mental, al permitir a estos jugadores recuperar la confianza y aportar frescura a una plantilla que no está acostumbrada a rotar con regularidad.
Sin embargo, De Zerbi también debe tener presente la importancia de esta competición. Allá Copa de Francia No es un partido más, sino un objetivo en sí mismo para un club como el OM, que busca volver a la gloria. EL título Es un desafío que tenemos entre manos y, aunque resulta tentador pensar en la gestión de la plantilla para los próximos partidos, una eliminación prematura sería un fracaso. No es un paso sencillo, es una competición en la que OM debe ser ambicioso. Además, con un partido por semana Desde el inicio de la temporada, los titulares han podido disputar una serie de partidos sin demasiado cansancio. Por lo tanto, no es necesariamente necesario cambiar a todo el equipo, incluso si algunas rotaciones son inevitables. La prioridad debe seguir siendo victoriay tendremos que mostrar la misma intensidad y determinación que en el campeonato para no dejar escapar esta competición.
En rueda de prensa, De Zerbi declaró: “No debemos ganar los próximos dos partidos, sino los próximos tres. De lo contrario, ¡será un mal final de año! […] Nunca he puesto reglas en cuanto a gestión del descanso. Intento dejar a los jugadores libres fuera del campo en la medida de lo posible. A veces es justo dar uno o dos días libres más. Pero a veces hay que ser ecológico y hacer cosas que otros equipos no hacen. No se puede gestionar un vestuario como se gestiona una dieta. Arroz blanco el lunes, carne blanca el martes… No, hay que saber cuál es el momento adecuado. No quiero ver equipaje de vacaciones en el vestuario, sino lo quemaré”. Esta afirmación muestra claramente la filosofía de De Zerbi: no se trata simplemente de salvar jugadores, sino de crear una dinámica de grupo, de intensidad y exigencia permanente. Sabe cuándo respirar, pero también sabe que nunca se debe subestimar la importancia de un partido, especialmente contra un equipo como el Saint-Étienne, que tiene una motivación particular en esta Copa de Francia.
En conclusión, si rotar la plantilla es legítimo para revivir a determinados jugadores en dificultades, la prioridad sigue siendo ganar este partido. La Copa de Francia es un objetivo importante y, con una plantilla que puede contar con una rotación mesurada, el OM debe afrontar este partido con seriedad y ambición, intentando preservar el equilibrio de su grupo. La gestión de personas de De Zerbi, lejos de ser una ciencia exacta, se basa en la capacidad de encontrar el justo equilibrio entre descanso y exigencia, para terminar el año con nota positiva y mirar hacia 2025 con confianza.
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