Una secuencia que sigue provocando reacciones en el club del Ródano.
El fin de semana pasado, el arbitraje volvió a estar en el centro de las discusiones en la Ligue 1. Y si la victoria del Paris Saint-Germain contra el Olympique Lyonnais (3-1) no es objeto de controversia, varias acciones hicieron saltar a los dirigentes del club lionés. en particular la advertencia dada a Georges Mikautadze.
Todo empezó con el gol del delantero georgiano, para el 2-1, gracias a una magnífica zambullida tras un pase inspirado por Rayan Cherki. Cuando Goeorges Mikautasze se dirigía hacia la portería parisina para recuperar el balón, fue detenido en seco por Gianluigi Donnarumma. El portero italiano, visiblemente molesto, retuvo al atacante del Lyon antes de tirarlo al suelo y luego señalarle con el dedo amenazador. Un gesto parecido a una pequeña bofetada del portero parisino aumentó aún más la tensión.
Pese a estos elementos, el árbitro del partido, Benoît Bastien, tomó la decisión de enviar tarjeta amarilla a Georges Mikautadze, de la misma forma que a Gianluigi Donnarumma. Una decisión que dejó perplejos a los dirigentes del OL, sobre todo porque las imágenes televisivas fueron utilizadas por la Liga de Fútbol Profesional (LFP) para promocionar el partido.
Si el OL ha decidido no atacar públicamente a los árbitros, el club del Ródano ha decidido esta vez actuar entre bastidores. OL se comunicó oficialmente con la Dirección Técnica de Arbitraje (DTA) este lunes 16 de diciembre, solicitando la cancelación de la amonestación dada a Georges Mikautadze.
La acción es parte de un contexto más amplio de frustraciones acumuladas por OL con respecto al arbitraje. Durante el mismo encuentro, los lioneses ya habían expresado su incomprensión por la falta de recurso al VAR tras una falta flagrante de Désiré Doué seguro Ernesto Nuamah en la entrada a la superficie.
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