El Olympique de Marsella vence al AS Mónaco y se relanza en el Vélodrome (2-1). A pesar de dominar el balón, el OM se vio castigado al final del primer tiempo por un contraataque relámpago finalizado por Aleksandar Golovin.
Más incisivos, los focenses regresaron con mejores intenciones en la segunda mitad. Luis Henrique empató poco antes de la hora. El Marsella finalmente se adelantó en la final desde el punto de penalti gracias a Mason Greenwood.
Al colocar a Luis Henrique como pistón, Roberto De Zerbi claramente cumplió su papel. Su extremo entrenado fue goleador y decisivo en todas las áreas del juego. Su volumen de juego claramente ayudó a su equipo a ganar.
Geronimo Rulli volvió a demostrar su conocimiento del 1V1 al vencer a Ben Seghir en el duelo. Sobre el arco de Golovin, éste está en trayectoria y luego bloqueado por Murillo.
En el segundo, sus salidas kamikazes salvaron tres acciones de peligro al Mónaco. Otra actuación de un técnico a pesar de algunos errores en la reanudación.
Michael Murillo sólo pudo ver los daños en la portería de Golovin, obligado a tapar dos liebres a la vez. El internacional panameño parecía perdido en este papel de defensor híbrido, especialmente en su posicionamiento. Su pérdida del balón en el minuto 55 creó una doble oportunidad para el Mónaco.
Murillo claramente no parece compatible con De Zerbi en su enfoque de esta posición tan particular. Curiosamente, fue como lateral que obtuvo el penalti ganador.
Leonardo Balerdi quedó desconcertado por Balogun al inicio del partido antes de que el delantero estadounidense cometiera un error en el último gesto. Entonces el capitán del OM no destacó frente a jóvenes y mayores.
Sus entradas deslizantes a veces no se entendían bien y ofrecían contraataques favorables a los oponentes. Su apoyo no fue lo suficientemente preciso, como su desliz en el peligroso disparo de Minamino al final del partido.
Geoffrey Kondogbia todavía tiene reflejos en el mediocampo. Su salida fallida sobre Akliouche permitió a Balogun crear una buena situación de juego. Luego, en la portería, el internacional centroafricano se quedó demasiado arriba en el campo, incapaz de intervenir en una situación de contra.
Kondogbia aporta calma a la reanudación y en ocasiones sudores fríos a la hora de gestionar la profundidad.
Maghnes Akliouche rara vez tomó a Ulisses García a sus espaldas. En ataque, realizó un buen centro en la primera parte y luego tuvo dos oportunidades para abrir el marcador sin acertar.
García interviene en el gol del empate provocando la falta con un centro aún tenso. Está implicado, decidido pero limitado por su falta de velocidad y pie derecho.
Valentin Rongier no era ajeno a las grandes salidas de balón y al dominio territorial del Marsella. El líder marsellés fue contundente con el balón para encontrar las zonas ofensivas adecuadas. Luego lo arruinó todo al ser el autor de la enorme pérdida de balón que permitió al Mónaco abrir el marcador.
Más allá de este error garrafal y de otra notable pérdida de balón, Rongier fue muy valioso en el mediocampo por la precisión de sus pases bajo presión.
Adrien Rabiot fue demasiado difícil de encontrar en la primera parte. El internacional francés intentó en numerosas ocasiones situarse en una buena posición en la banda izquierda y en el centro del juego, sin conseguirlo. Incluso cuando fue tocado en la segunda mitad, el centrocampista estrella de los Blues no mejoró mucho con los balones a su alcance.
Quizás Rabiot estuvo arriba en el campo para ayudar más a su equipo con el balón.
Pierre-Emile Hojbjerg volvió a ser el director de orquesta con un poco más de desperdicio del que sabemos. El internacional danés salvó a su equipo en el minuto 50 impidiendo que Singo marcara en un saque de esquina.
El mediapunta del Marsella arriesgó mucho más en el segundo, atacando a su rival muy arriba del campo. Fue en esos momentos cuando el Marsella recuperó el control del partido.
Luis Henrique hizo un buen primer tiempo, autor de buenas aceleraciones en los treinta metros contrarios y diligentes retornos defensivos. La recompensa llegó en la segunda parte, donde estuvo bien situado para marcar desde corta distancia.
Henrique fue un ejemplo de compromiso y percusión para su equipo sin la ayuda de un lateral.
Neal Maupay tuvo la oportunidad de marcar un gol pero no lo logró en el primer tiempo. El delantero francés fue atacado físicamente a menudo por los grandes de la zaga en Mónaco. Para compensar ese déficit optó por picardías como el gol donde su ligero empujón no fue castigado. Sigue siendo decisivo esta noche.
Mason Greenwood fue autor de algunos buenos centros y de un disparo peligroso en la primera mitad. Sin embargo, el extremo inglés también perdió demasiados balones en movimientos complicados.
En la segunda mitad, Greenwood desapareció por completo del radar hasta la hora de juego. Su disparo desde la superficie casi llega a la esquina superior. Esperamos más de un jugador así en un partido tan decisivo para su equipo.
Sin temblar, marcó el penalti ganador ofreciendo tres preciosos puntos. Decidido pero no lo suficientemente incisivo.
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