El sábado por la noche, el estadio Geoffroy-Guichard se transformó en un teatro de la memoria para honrar a uno de los nombres más importantes de la historia del AS Saint-Étienne y del fútbol argelino: Rachid Mekhloufi. Fallecido el 8 de noviembre a la edad de 88 años, el hombre que fue a la vez un jugador legendario y un símbolo atemporal recibió, al margen de la ASSE-Montpellier, un último homenaje impregnado de dignidad y emoción.
Antes del encuentro entre los Verdes y Montpellier, el Caldero se quedó helado en una profunda contemplación. Un minuto de silencio, seguido de cálidos aplausos, unió a jugadores, aficionados y directivos para rendir homenaje a la memoria del hombre que encarnó una época dorada del club. Las dos hijas de Rachid Mekhloufi, invitadas de honor, dieron el comienzo simbólico de esta velada inolvidable, rodeadas de antiguas glorias como Hervé Revelli.
El segundo máximo goleador de todos los tiempos en la ASSE
En el campo, los jugadores del Saint-Etienne vestían una túnica especial adornada con una insignia conmemorativa y llevaban brazaletes negros en señal de luto. Esta camiseta rinde homenaje al hombre que fue el primer goleador de los verdes en la Copa de Europa y sigue siendo hasta el día de hoy el segundo mejor goleador de la historia del club con 152 goles. También se presentó en la pantalla una fotografía que inmortaliza este icono, como para reforzar el carácter solemne de esta velada.
Rachid Mekhloufi no sólo era un jugador talentoso, sino también un símbolo de elegancia, lealtad y excelencia. Fundador del FLN en 1958, abandonó una carrera internacional con la selección francesa, en particular una posible participación en el Mundial, para apoyar pacíficamente la lucha por la independencia de Argelia. Este gesto valiente, al igual que sus hazañas deportivas, hizo historia más allá del campo.
Rachid Mekhloufi: ¡Para siempre en la historia de ASSE!
En el plano deportivo, la ASSE honró debidamente la memoria de Rachid Mekhloufi. El encuentro acabó con una preciosa victoria para la ASSE, gracias a una volea de Benjamin Bouchouari al inicio de la segunda parte (1-0). Pero más allá del marcador, esta velada seguirá siendo un momento de comunión entre un club, sus seguidores y el legado de un hombre cuya historia va más allá de las fronteras del deporte.
Rachid Mekhloufi deja un legado inmortal, una inspiración para las generaciones futuras y un lugar eterno en el corazón de los habitantes de Saint-Etienne. Para siempre en la historia.
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