Después de palabras fuertes, acciones. Roberto De Zerbi aprovechó el parón internacional para trabajar en algunos ajustes tácticos, incluida la integración de Valentin Rongier. El técnico del OM también ha adoptado una gestión más firme con sus jugadores. Incluso se organiza un curso esta semana para ganar más seriedad, mentalidad y exigencia antes de regresar al Vélodrome el domingo.
Roberto De Zerbi ha decidido actuar y endurecer el tono. El partido del OM en Lens de este sábado (victoria por 3-1) fue una oportunidad para dar respuestas sobre la capacidad del técnico italiano para evolucionar tácticamente, aunque eso implicara cuestionar algunas de sus elecciones iniciales. El técnico del Marsella consideró que ciertos errores, sobre todo en casa, eran principalmente mentales y estaban relacionados con una falta de carácter. Pero eso no le impidió hacer algunos reajustes, sin esperar al reencuentro con el Vélodrome, previsto para este domingo ante el Mónaco.
Reajustes tácticos y más pragmatismo
La opción más visible fue relanzar a Valentin Rongier, pero la presencia del ex jugador del Nantes no es el único cambio introducido por el técnico del OM. Luis Henrique por la derecha, Greenwood posicionado un poco más en el eje para ahorrarle algunas tareas defensivas… y por tanto, Rongier para equilibrarlo todo y “poner orden”, en palabras de RDZ.
Se trabajó en estas ideas durante el parón internacional de noviembre. A pesar de la ausencia de numerosos internacionales, De Zerbi tuvo a su disposición a los jugadores mencionados anteriormente para afinar esta reorganización.
Respecto a Rongier, De Zerbi conocía evidentemente su seriedad y su liderazgo, pero entre el papel importante de Kondogbia, las buenas actuaciones del sector ofensivo marsellés al inicio de la temporada (Luis Henrique, Greenwood e incluso Harit en los primeros partidos), luego la llegada de Rabiot… De Zerbi buscó la fórmula adecuada para integrarlo. Su presencia permite a Rabiot evolucionar más arriba, más a la izquierda… y con más libertad, lo que no le desagrada.
Una gestión que cada vez es más dura
Pero el cambio también se produjo gracias a la gestión ahora algo más firme de RDZ. El discurso se ha endurecido, con algunas opciones fuertes, como lo demuestra la ausencia de Lilian Brassier en el grupo olímpico de Lens, y el deseo general de ser intransigente cuando las actitudes no le convienen.
Una declaración del viernes pasó algo desapercibida durante la rueda de prensa de la víspera del partido. A una pregunta trivial sobre el estado de forma de Ismaël Koné, De Zerbi aprovechó para replantear a algunos jugadores y sugerir claramente que no estaba satisfecho con la inversión y la seriedad de algunos atletas olímpicos.
El OM continúa entrenándose antes de regresar al Vélodrome
El técnico del OM citó a Koné y Brassier, pero también a Élye Wahi, Jonathan Rowe, Quentin Merlin, Léo Balerdi y Mason Greenwood. Aparte de los dos últimos, todos empezaron en el banquillo o no jugaron nada, en Lens. De Zerbi apunta a jugadores que, según él, tienen mucho potencial pero que a veces se topan con cierta falta de exigencia o que deben tener un detonante mental y actitudinal en el día a día.
Una manera de golpear la mesa con el puño y transmitir su mensaje, sobre todo con este deseo de mostrar por fin una cara de conquistador el domingo, en el Vélodrome, contra el Mónaco. Las derrotas ante PSG y Auxerre, y en general las dificultades en casa, son el principal fastidio de De Zerbi. Para trabajar en este aspecto, el personal de OM organiza esta semana unas prácticas, lejos de la Comandancia y en un lugar no revelado. Se trata de una iniciativa de De Zerbi, para reforzar la cohesión del grupo y la mentalidad de las tropas. Una operación comando, antes de regresar al centro del RLD el viernes y al calor del Vélodrome el domingo. Siendo finalmente dueños de casa, De Zerbi sólo piensa en eso.
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