Tuvimos que esperar a que se produjera una emergencia extrema para ver algunas cabezas volverse hacia arriba. Empezando por Jordan Ferri, que tomó conciencia de la magnitud del atolladero en el que se encontraba el equipo, tras unos comentarios preocupantes que atemperaron el pánico de la afición y la preocupación de los seguidores del fútbol francés.
Quizás dolido por las críticas que se intensificaron sobre su compromiso y su nivel de juego, el centrocampista pailladin continuó un segundo partido consecutivo con un brazalete difícil de llevar desde el inicio de la temporada. Y a pesar de una implicación señalada o un altercado con un aficionado al inicio de la temporada, el ex jugador del Lyon se puso los guantes desde el inicio del partido para invertir la tendencia. Coberturas defensivas, llamadas, Jordan Ferri se mostró sumamente activo, aprovechando su agresividad para realizar duras intervenciones en los duelos. Una nueva agresión especialmente valiosa, compartida por todo el equipo, pero que nos privará del centrocampista para el viaje a Saint-Etienne por acumulación de tarjetas amarillas.
Digno de la capitanía, digno de su estatus y digno de sus años en el club, Jordan Ferri honró el espíritu pailladin en este partido con un fuerte simbolismo histórico.. Una actuación generosa y orgullosa que lógicamente nos llevó a valorar su partido con un 8/10. Más que apreciada, su intervención en el vestuario tras el partido permite creer que el vicecapitán tendrá efectivamente un papel que desempeñar en esta carrera por el mantenimiento.
Al marcar un gol en un tiro libre que algunos describirán como afortunado, otros como cruel, otro gran asalariado ganó algo de crédito en este partido: Wahbi Khazri finalmente encontró la red esta temporada. Bonito símbolo nuevamente, ya que fue directamente comparte un abrazo con Laurent Nicollin en el banquillo. En declaraciones a RMC después del partido, el tunecino explicó su apego al presidente: “Tiene algo que los demás no tienen: un gran corazón”.
Por último, ¿qué podemos decir de la actuación de Benjamin Lecomte, imperial en sus números y ultra atento a cada una de las ocasiones de peligro concedidas, a excepción del gol del Brest del que no podemos reprocharle? Después de un comienzo de temporada turbulento y una rotación sufrida, el portero pailladin demostró que sigue siendo el número 1 en la posición.
Queda por ver si las actitudes y las actuaciones serán lo suficientemente regulares como para salvarnos del descenso. En cualquier caso, las señales demuestran que Jean Louis Gasset ha conseguido movilizar a los responsables de su equipo, al menos para estar a la altura de este partido de aniversario.
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