Es una tradición en Francia. La llegada de los Blues a Clairefontaine es más que nunca un acontecimiento, sobre todo cuando Lucas Chevalier, último bastión del LOSC, se prepara para dar allí sus primeros pasos.
“Que se quede solo cuando llegue”aconsejó Bruno Genesio a Lucas Chevalier, recientemente convocado por primera vez por Didier Deschamps con la selección francesa de fútbol. Como toda la pandilla, lo esperaban alrededor de las 16.00 horas en Clairefontaine, un lugar emblemático para todos los amantes del fútbol. El portero del Lille no fue el primero ni el último. Llegó junto a William Saliba, defensa central del Arsenal. ¿La elección del outfit? Se favoreció la sobriedad y la clase.
“Sabemos que el conjunto se mira muy de cerca. No debemos perdérnoslo (risas). Pero no te preocupes por el outfit, no habrá ningún problema. Tengo mi propio estilo y la gente podrá ver cómo soy cada día, nada extravagante”confió Lucas Chevalier a los medios unos días antes. No hace falta decir que cumplió su palabra (ver más abajo) con un abrigo largo beige y una gran sonrisa. Es sólo él, menos la aspiradora. “Creo que tienen algunos allí” se rió ante los medios al salir de la sala de conferencias el viernes pasado.
Pronto con Mike Maignan
Acompañado por William Saliba a su llegada a Clairefontaine, templo del fútbol francés, Lucas Chevalier se encontró con Brice Samba, rival y ahora compañero de equipo de los Bléus. Mike Maignan, por su parte, sigue esperando. “Intercambiamos dos o tres mensajesadmitió el portero del Lille en rueda de prensa el pasado viernes. La historia es sinceramente hermosa. Si nos hubieran dicho tan rápido que íbamos a acabar en la selección francesa, quizá la gente habría pensado que estábamos locos. Teníamos la firme convicción de que era alcanzable y lo es hoy. Tendrás que fotografiar el momento en tu cabeza. Es hermoso para mí y también para él, creo, y para los seguidores del Lille. Cuando entrenemos con dos jugadores del Lille en las jaulas, algo servirá. Estoy muy orgulloso de ello. »
Dentro de unos minutos, Mike Maignan y Lucas Chevalier retrocederán tres años atrás, cuando todavía defendían los mismos colores y mantenían en alto, muy alto, los trofeos franceses más bellos. La única diferencia es que esta vez vestirán con orgullo de azul, además de un poco de blanco y rojo.
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