Esta es la conclusión que se desprende de un informe del Tribunal de Cuentas de la región, que critica la gestión y los costes de financiación y mantenimiento del estadio Vélodrome desde su última renovación, encargada en 2010 por 350 millones de euros, en el marco de una financiación «pública/privada» con la empresa Arema.
Un contrato que pesa sobre las cuentas de la ciudad de Marsella
El Tribunal de Cuentas de la región señala la desventaja que supone para la ciudad de Marsella este acuerdo, indicando que desde 2014 paga el equivalente a 10 millones de euros al año solo por la explotación del estadio, sin contar el préstamo vinculado a la renovación y sin contar los impuestos asociados. Cuestiona el acuerdo alcanzado con el Olympique de Marsella y su filial Mars 360, que gestiona el recinto marsellés desde 2019, para los partidos de su plantilla profesional.
Lamenta no haber “participado en la financiación del proyecto” y que, además, la ciudad deba compensarla “cuando organice grandes acontecimientos en el estadio (Copa del Mundo de rugby o Juegos Olímpicos de 2024, por ejemplo)”. Estos acontecimientos deportivos (Juegos Olímpicos, Copa del Mundo, Tour de Francia ciclista, etc.), aunque sean rentables para Marsella y su estadio, no son suficientes para compensar los costes relacionados con la ciudad, que está comprometida con el contrato del Vélodrome hasta 2045.
