Resultaba imposible perder la sensación de Ya visto Así empieza el curso balonic español. Apenas un año después, la Supercopa, torneo inaugural que se planteaba como el último de la pretemporada, llegaba a Murcia en una decisión logística a priori inesperada. Aunque la sorpresa se reduce cuando se ve que la repetición de la sede constituye una de las posibilidades posibles de colarse con el Barça -cuarto clasificado en la liga ACB 2023-24- en el trofeo, para sustituir al UCAM en número de participantes. Sin embargo, ningún madridista inteligente puede disputar una competición en Murcia. No sólo porque la ciudad se ocupa de una de las cosas más infravaloradas de España -diana de chistes por parte de ígnaros y xenófobos-, sino que, al contrario de lo que se piensa, el Madrid es un menudo más querido en provincias que en la propia capital. O que, visto lo visto en este final de verano, en su propio vecindario.
El inicio de la fiesta nos permite familiarizarnos con las novedades de la planta. El nuevo integrante, más exótico, no cuenta con el canadiense Xavier Rathan-Mayes, nombrado así por estas ligas mundiales y nacido por un sector de aficionados al merengue como Este señortratando de hacer chanza ante el profundo desconocimiento que senene sobre su figura. Hay un punto de ironía en que este Señor debuta en Murcia, pero en casa de Miguel Mihura no tenemos toda la historia: como protagonista de la famosa representación teatral, el denodado esfuerzo que muestra al defender a los rivales-; tan bien porque su particular Ninette, antes que ninguna femina concreta, es la zamarra blanca del Madrid. Otro debutante que demuestra también la fuerza y concentración de Andrés Feliz, que acumula méritos a la par que compensa su éxito real en el momento de su carrera. Por tanto, la esperanza de retorno de Ibaka se caracteriza por un previsible fracaso a la hora de resolver y por un regreso de tapones desoladores para su adversario.
El Barcelona pretendió tácticamente que el acontecimiento no se decidiese en la pintura y, en líneas generales, salvo algunos detalles parciales, lo consiguió. Un Madrid poco atinado en el perímetro -y a la vez muy irregular en la rueda libre- permite que el Barça, dotado lógicamente en la construcción, minimice sus inconsistencias. Musa y Campazzo mostraban solidez y compensaron el apagón inicial de ideas de un ensimismado Hezonja. Como madridista, también conviene en aumentar la confianza de Alberto Abalde, habiendo considerado a Rodrygo de la sección por sus momentos de ciclismo. En el bando culé, el beso de Núñez quedó disimulado por los fogonazos de Brizuela y por el histrionismo de Anderson, cuya sonrisa acompañante ha sido constante. hablar basura lo asemeja más a Chiquito de la Calzada antes que alguien auténticamente intimidating.
Un tercer punto que chocó por momentos cuando el Madrid ascendió a semifinales, pero que siguió siendo indolente ante un FCB que acarició la remontada. En el último cuarto Hezonja se redimió con la última ocasión de mérito -desde otra demarcación, compara modales con Petrovic; le faltó su constancia-, y Campazzo ahogó las esperanzas blaugranas con un robo en la jugada crucial. El carrusel de lanzamientos posterior de 6,75 no hace más que aumentar el dolor y mejorar la defensa del argentino, coronado con justicia como la mejoría del encuentro. La distancia entre ambos conjuntos probablemente sea menor que el tiempo que lleva, pero Peñarroya tiene mucho trabajo. Aun así, Chus Mateo seguirá jugando con los jugadores que han llegado al fondo de la Liga, de modo que pondrá toda la carne en el asador para acabar con la séptima Supercopa consecutiva. Lo que incluye, de la luz a la siguiente, a Campazzo, pero también a Este Señor. En Murcia.
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