De hecho, esta evaluación estima 2,2 millones, el número de nuevos casos de diabetes tipo 2 y 1,2 millones de nuevos casos de enfermedades cardiovasculares cada año se registra en todo el mundo, debido al consumo de bebidas azucaradas.
La preocupación también se aplica a los países en desarrollo.
En estos países, el número de casos es especialmente preocupante:
- en el África subsahariana, las bebidas azucaradas contribuyen a más del 21% de todos los nuevos casos de diabetes;
- en América Latina y el Caribe, casi el 24% de los nuevos casos de diabetes y más del 11% de los nuevos casos de enfermedades cardiovasculares;
- Colombia, México y Sudáfrica son países que no se salvan: más del 48% de todos los nuevos casos de diabetes en Colombia son atribuibles al consumo de bebidas azucaradas. Este es el caso de un tercio de todos los casos nuevos de diabetes en México. En Sudáfrica, el 28% de los nuevos casos de diabetes y el 15% de los casos de enfermedades cardiovasculares son atribuibles a las bebidas azucaradas.
Un simple recordatorio de los mecanismos biológicos y metabólicos: Los autores, nutricionistas, señalan que las bebidas azucaradas se digieren rápidamente, lo que provoca un aumento de los niveles de azúcar en sangre y aportan muy poco valor nutricional. El consumo regular con el tiempo provoca aumento de peso, resistencia a la insulina y una serie de factores metabólicos que promueven la diabetes tipo 2 y las enfermedades cardíacas.
Uno de los autores principales, el Dr. Dariush Mozaffarian, director del Instituto Alimentos es Medicina de la Escuela Friedman, comenta sobre esta evaluación: “Las bebidas azucaradas se comercializan y venden ampliamente en países de ingresos bajos y medios. No sólo las comunidades más desfavorecidas los consumen en cantidad, sino que también suelen tener menos acceso a la atención sanitaria”.
Los investigadores piden un enfoque múltipleincluidas campañas de salud pública, regulación de la publicidad e impuestos a las bebidas azucaradas.
“Es necesario hacer mucho más, especialmente en los países y comunidades más pobres, donde el consumo es elevado y las consecuencias para la salud son más pronunciadas”.
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