Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2019, Francia se encontraba entre los países europeos con mayores tasas de suicidio, con casi 9.000 muertes por suicidio. En cuanto a los intentos de suicidio, se estima que su número es 20 veces mayor que el de las muertes por suicidio.
Muchos factores –como el desempleo– pueden explicar la aparición de pensamientos suicidas. Y si se reconoce que tener un trabajo protege contra el suicidio, la exposición a determinadas situaciones profesionales nocivas (acoso, falta de apoyo de compañeros y superiores, etc.) también puede constituir un factor de riesgo importante.
En un estudio publicado el 10 de diciembre, Public Health France nos indica que en 2010, la prevalencia de pensamientos suicidas entre los trabajadores por cuenta ajena era del 3,6%. Bajó ligeramente en 2021, alcanzando el 3,2%.
Pero cuando miramos en detalle, una categoría de la población activa sigue un camino diametralmente opuesto. De hecho, la prevalencia de pensamientos suicidas entre los jóvenes de 18 a 24 años se mantuvo igual entre 2010 y 2020 (3,4%).
Pero se duplicó con creces entre 2020 y 2021, llegando al 7,1%. Un aumento espectacular que se produce a raíz de la pandemia de Covid-19, que parece haber afectado especialmente a la salud mental de los trabajadores jóvenes.
Sectores más afectados que otros
La hostelería y la restauración se sitúan a la cabeza de los sectores de riesgo. Los empleados de este sector tienen consistentemente las tasas más altas de pensamientos suicidas. La enseñanza y el mundo del espectáculo no se salvan, con picos importantes en determinados años.
El estudio también traza un retrato de los perfiles más vulnerables: jóvenes de 18 a 24 años, pero también, en menor medida, de 25 a 34 años, personas que viven solas, sin hijos o con dificultades económicas.
Entre los hombres, los empleados presentan el mayor riesgo, mientras que entre las mujeres la distribución es más pareja entre las distintas categorías profesionales.
En cuanto a los motivos colocados en la parte superior para explicar los pensamientos suicidas, fueron profesionales para los hombres y familiares para las mujeres.
« Este estudio destaca un aumento significativo entre 2020 y 2021 en la prevalencia de pensamientos suicidas entre trabajadores jóvenes y ocupados, en contraste con una disminución o aumento moderado en otros grupos de edad. », señala Salud Pública Francia.
« Sin embargo, el lugar de trabajo favorece la prevención y promoción de la salud en general, y de la salud mental en particular. Estos resultados proporcionan a los actores de la prevención y a los interlocutores sociales algunos elementos para dirigir sus acciones a las poblaciones de mayor riesgo.. »
Fuente: Salud Pública Francia – BEH n°25, 10 de diciembre de 2024
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