Reducción de las prescripciones de medicamentos gástricos para proteger la salud del paciente y evitar efectos adversos ligados al uso prolongado.
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Estos medicamentos, llamados inhibidores de la bomba de protones, actúan contra las úlceras gástricas o el exceso de acidez después de una operación, explica el profesor Jan Verbakel (KU Leuven). “Tienen su papel, pero sólo temporalmente: un mes, por ejemplo”, precisa, insistiendo en la necesidad de reducir su uso excesivo.
Las consecuencias del uso prolongado.
Según Inami, en Bélgica se prescriben cada año unas 200 dosis diarias de estos tratamientos por habitante. Este gran volumen se explica a menudo por tratamientos prolongados, a veces de varios años. Aún así, el Instituto advierte sobre los efectos secundarios de estos medicamentos, como la reducción de la absorción de calcio, lo que aumenta el riesgo de osteoporosis. También son posibles otras complicaciones, como infecciones bacterianas o neumonía, debido a la reducción de la acidez del estómago.
Reducción: una cuestión de salud y ahorro
En colaboración con médicos y pacientes, reducir a la mitad las recetas podría generar un ahorro de 52 millones de euros para las finanzas públicas y 15,6 millones para los pacientes. Sin embargo, Inami insiste en que estas medidas están dirigidas principalmente a reforzar la seguridad del paciente y no a ahorrar.
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