El cáncer es una enfermedad que afecta a unas 433.000 nuevas personas cada año en Francia. Es la primera causa de muerte en hombres y la segunda en mujeres. Esta enfermedad pone en peligro la vida de los pacientes y por ello el principal objetivo de la medicina ha sido prolongar su vida lo máximo posible.
Gracias a los avances médicos, un número cada vez mayor de pacientes pueden sobrevivir al cáncer. Este éxito ha impulsado la investigación a centrarse no sólo en la supervivencia, sino también en la calidad de vida a largo plazo de los pacientes.
Trastornos debidos al cáncer y tratamientos.
De hecho, esto puede verse afectado una vez finalizados los tratamientos. Por un lado, porque la persona ha vivido un acontecimiento traumático, pero también porque los tratamientos pueden provocar trastornos fisiológicos a largo plazo, como lo ilustran los estudios sobre el cáncer de mama.
Los trastornos pueden variar según el tipo de cáncer, el tratamiento recibido, la edad de los pacientes y las comorbilidades individuales. Varios estudios se han centrado más específicamente en el cáncer de mama, que es uno de los más estudiados por su alta frecuencia y alta tasa de supervivencia en comparación con otros cánceres.
En Francia, en 2023 se produjeron 61.214 nuevos casos de cáncer de mama en Francia continental. Afortunadamente, la tasa de supervivencia sigue aumentando (actualmente es del 88% a 5 años). La investigación continúa explorando formas de mejorar la calidad de vida de los sobrevivientes de cáncer.
Malestar que puede durar después de la enfermedad.
Una vez que se salva una vida, ocurren varias consecuencias, algunas más conocidas que otras. Las personas que han tenido cáncer pueden sentirse culpables por haber sobrevivido y tener miedo de que vuelva a ocurrir. Además, los efectos secundarios más directos y evidentes de los tratamientos contra el cáncer están empezando a desaparecer, como el cansancio, el dolor crónico, la caída del cabello y los problemas en la piel y las uñas.
Sin embargo, hay algunas molestias que pueden permanecer y continuar. Las personas que han padecido cáncer pueden, por ejemplo, experimentar dificultades para concentrarse, no poder terminar la página de un libro, olvidar lo que iban a comprar en el supermercado, conducir un coche y olvidarse del camino, o incluso perder o reponer palabras. cuando hablan.
Los familiares de estas personas también pueden hacer estas observaciones y denunciar olvidos o falta de atención. Estos problemas pueden persistir después del tratamiento durante años. Los estudios han constatado la presencia de trastornos hasta 10 años después de finalizar los tratamientos. Algunos pacientes dicen que sienten que están perdiendo la cabeza, volviéndose locos. Algunos mencionan problemas de memoria y ejecutivos. El malestar que producen estos síntomas puede llegar incluso al aislamiento social.
Y quimiocerebro o “niebla cognitiva” con consecuencias sociales
Daños relacionados con tratamientos contra el cáncer, también conocidos como quimiocerebro o “niebla cognitiva”, se consideran leves. Pero pueden afectar la calidad de vida de los pacientes.
Primero, porque estos trastornos cognitivos pueden afectar el rendimiento en las tareas diarias. En segundo lugar, porque puede minar la confianza en las propias capacidades cognitivas, lo que puede llevar a dejar de lado determinadas actividades por miedo a no poder realizarlas. En tercer lugar, porque las personas que han padecido cáncer empiezan a ocultar las dificultades que encuentran, que pueden llevarles a escapar del entorno profesional y al aislamiento social.
En el cáncer de mama, por ejemplo, lejos de ser fruto de la imaginación de los pacientes, estas agresiones han sido objetivadas mediante pruebas neuropsicológicas y estudios de neuroimagen.
Las pruebas neuropsicológicas revelaron deterioro de la memoria verbal, la flexibilidad y la memoria de trabajo. Las neuroimágenes revelaron una reducción en la materia gris del cerebro y en el volumen cerebral total. (en distinguir dos categorías de tejidos en el cerebro : materia gris y materia blanca, siendo la materia gris especialmente responsable de funciones cognitivas como la lectura, el cálculo, la atención, la memoria, etc. Nota del editor).
Se plantean varias hipótesis para explicar el origen de estos ataques. Algunos investigadores consideran que surgen de procesos inflamatorios desencadenados por tratamientos anticancerígenos. Además de los tratamientos se modifica la permeabilidad de la barrera hematoencefálica, estructura que tiene la función de proteger al cerebro contra agentes nocivos, lo que propiciaría el paso de sustancias que normalmente son retenidas por esta barrera.
¿Qué apoyo se ofrece?
Hoy en día, estos trastornos son cada vez más conocidos y se ofrecen diferentes tratamientos a los pacientes. La actividad física y lo que llamamos remediación cognitiva se encuentran entre los tratamientos más conocidos.
La remediación cognitiva se utiliza en la salud mental. Ahora también estamos experimentando con este enfoque para combatir los trastornos cognitivos tras tratamientos oncológicos.
Este tratamiento utiliza ejercicios personalizados para abordar diferentes procesos cognitivos como la memoria, la atención y las funciones ejecutivas. Los avances en la tecnología digital, como aplicaciones y software, facilitan la realización de ejercicios cognitivos en casa, permitiendo un seguimiento detallado del progreso, así como la posibilidad de que los neuropsicólogos establezcan un seguimiento personalizado.
Este enfoque se basa en la neuroplasticidad, es decir, la capacidad del cerebro para reorganizarse y formar nuevas conexiones, fundamental para recuperar y mejorar las funciones cognitivas. Estas innovaciones tienen como objetivo la recuperación de las capacidades afectadas, lo que ofrece esperanza y mejora significativamente la calidad de vida de los afectados.
Aunque la remediación cognitiva es una opción que parece eficaz, todavía queda camino por recorrer para adaptarla mejor a las necesidades de los pacientes. Tradicionalmente, este tipo de terapia es costosa y normalmente se realiza cara a cara. Hoy en día, en el campo de la neuropsicología se proponen métodos innovadores de remediación cognitiva, algunos mediante el uso de software, aplicaciones, videoconferencias y realidad virtual.
Las innovaciones actuales ofrecen grandes esperanzas de mejorar, en última instancia, la calidad de vida de las personas afectadas por las secuelas cognitivas de los tratamientos contra el cáncer. Evaluar la efectividad de estos programas de remediación es hoy un tema prioritario para los estudios en psicología cognitiva.
Pedro Alejandro Rodríguez, Doctor en Psicología, Universidad de Burdeos; Véronique Gérat-Muller, Doctora en psicología, psicóloga clínica, psicopatología – neuropsicología, Universidad de Burdeos y Virginie Postal, profesora de psicología cognitiva, Universidad de Burdeos
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