Escapan de los virus.
Todos intentamos escapar de los virus de las estaciones frías. Gripe, resfriado, gastroenteritis, dolor de garganta, bronquitis… Algunas personas tienen más éxito que otras. La genética juega un papel en la respuesta inmune del cuerpo, esto ya no está en duda. Pero las personas que nunca (o muy raramente) enferman en invierno tienen excelentes reflejos que estimulan su sistema inmunológico y les ayudan a evitar los virus.
Su primer punto en común es que son activos. “Hacer deporte reduce el riesgo de desarrollar enfermedades e infecciones, esto está científicamente comprobado” explica el doctor Sylvain Bouquet, médico general, miembro de la Facultad de Medicina General (CMG). En la práctica, se recomienda practicar actividad física durante al menos 30 minutos al día. Si no tienes la oportunidad de realizar una sesión de deporte real (correr, hacer pesas, natación, yoga, ciclismo) todos los días, no hay problema. Sólo necesitas mantenerte activo y luchar contra el sedentarismo.
Quienes nunca enferman también llevan una dieta sana, variada y equilibrada. Prefieren los alimentos crudos, se abastecen de frutas y verduras ricas en vitamina C (kiwi, naranja, pera), comen suficientes proteínas, ácidos grasos buenos y carbohidratos complejos. Por otro lado, limitan el consumo de alimentos procesados y azúcar refinada. También se trata de personas que duermen al menos 8 horas por noche y que no dudan en hacer siestas de 20 a 30 minutos cuando aparece el cansancio para recargar pilas. La fatiga induce un deterioro del sistema inmunológico y, en consecuencia, una mayor vulnerabilidad a los virus.
La persona que nunca enferma también tiene una higiene de manos impecable (nunca sale sin su gel hidroalcohólico, por ejemplo). Lavarse las manos periódicamente con agua y jabón (o gel hidroalcohólico) es probablemente la mejor forma de reducir el riesgo de transmisión del virus. “Del mismo modo, es mejor evitar besar y dar la mano, a menos que las desinfectes bien cada vez. Las personas que nunca enferman en invierno también están acostumbradas a usar mascarilla cuando están en un ambiente cerrado.“, sugiere el Dr. Sylvain Bouquet.
En casa, estas personas ventilan al menos 20 minutos por la mañana y 20 minutos por la noche. Esto ayuda a renovar el aire y reducir los virus transmitidos por el aire. “Cuanto más húmeda sea una casa, más probabilidades tendrás de enfermarte porque los hongos y bacterias proliferan cuando hay humedad.” recuerda también nuestro interlocutor. Por último, las personas que se lavan la nariz todos los días (con una solución a base de agua salada) reducen mucho el riesgo de enfermar, ya que dejan poco espacio para cualquier virus de cualquier tipo. Por lo tanto, no hay que esperar hasta Si tienes un resfriado, lavarte la nariz debe convertirse en un hábito diario.
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