En Benin, una campaña de vacunación contra el sarampión y la rubéola comenzó este lunes 9 de diciembre y prevé cerrar sus puertas el domingo 15 de diciembre de 2024. Una actividad rutinaria que, sin embargo, llega en el momento adecuado para proteger a los niños de seis (6) a cincuenta y nueve (59) meses de sarampión. De hecho, el sarampión es una enfermedad infecciosa y viral cuyas graves complicaciones pueden resultar mortales para los más pequeños.
Lo que necesitas saber
El virus que causa el sarampión ataca el tracto respiratorio y luego se propaga por todo el cuerpo. Se transmite de una persona infectada a otra mediante la respiración, la tos y los estornudos. Cuando el tratamiento no es rápido y eficaz, el sarampión provoca graves complicaciones (encefalitis, ceguera, infecciones articulares, problemas respiratorios) que provocan la muerte de la víctima.
El sarampión es una erupción que se manifiesta con fiebre alta, tos, secreción nasal, ojos llorosos y aparición de pequeños enrojecimientos o protuberancias en la piel de la cara. Unos pocos días son suficientes para que la erupción se extienda por todo el cuerpo. Su contagiosidad es muy exponencial. Una persona infectada puede contagiar hasta a 9 de cada 10 personas no vacunadas o no inmunizadas.
Los niños son los más vulnerables a la enfermedad, aunque cualquiera puede padecerla. Antes de la introducción de la vacuna contra el sarampión en 1963, cada dos o tres años se registraban grandes epidemias que podían causar la muerte de alrededor de 2,6 millones de personas cada año, incluidos varios niños menores de 5 años.
¿Nuevas epidemias de sarampión?
Gracias a las actividades de campaña de vacunación llevadas a cabo por países y socios técnicos, en particular la Organización Mundial de la Salud, se han salvado muchos niños y las epidemias se han vuelto raras. Lamentablemente, la llegada de la COVID-19 ha provocado una disminución de la vigilancia de la vacunación en todo el mundo. Todo lo que aumenta la probabilidad de que se produzcan epidemias en todos los países.
En Benin, este año se registraron algunos focos de sarampión aquí y allá. Sin embargo, es imposible disponer de estadísticas ya que, en general, las familias beninesas tienen la tradicional pero molesta costumbre de no acudir al hospital para cuidar bien a los enfermos. La enfermedad se conoce como “la cosa de la tierra” y las familias prefieren depender de los vendedores tradicionales de pociones en las calles.
Sin embargo, este hábito expone a un mayor número de niños porque el virus se propaga por el aire y genera epidemias muy rápidamente.
La vacunación, la única arma contra el sarampión
La vacunación es el medio más eficaz para prevenir la enfermedad. Por tanto, todos los niños deberían vacunarse contra el sarampión. Es eficaz, seguro y económico.
En Benin, la vacuna contra el sarampión forma parte de la vacunación sistemática. Se administra un total de dos dosis de vacunas a los niños antes de cumplir 15 meses. Campañas periódicas de vacunación como la que se lleva a cabo en todo el territorio nacional ayudan a proteger a un mayor número de niños y son completamente gratuitas. Se recomienda a las familias confiar en el personal sanitario desplegado en terreno por el Ministerio de Salud para que los niños de seis meses a 59 meses reciban la vacuna contra el sarampión, sumada a la de la rubéola y la administración de vitamina A.
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