LO ESENCIAL
- Crecer con una mascota favorecería la colonización temprana de la microbiota intestinal por bacterias beneficiosas, que fortalecen el sistema inmunológico y reducen el riesgo de alergias en los niños.
- Por otro lado, los niños que desarrollaron alergias mostraron una microbiota inmadura, caracterizada por una colonización tardía de estas bacterias protectoras y una mayor presencia de bacterias potencialmente dañinas.
- Gracias a la exposición temprana a la diversidad microbiana, el sistema inmunológico del bebé aprende a distinguir las amenazas reales (patógenos) de las sustancias inofensivas (polen, alimentos, etc.). Este “aprendizaje” se ve favorecido por entornos ricos en microbios, como los hogares que albergan animales.
Quizás un argumento más para los padres que dudan en regalar un perro a sus hijos: además de hacerlos felices, el simple contacto con una mascota podría fortalecer su salud al reducir el riesgo de alergias. Esto parece confirmarlo un estudio sueco publicado en la revista Más unoque exploró el papel crucial de la microbiota intestinal en el desarrollo del sistema inmunológico de los niños pequeños, con resultados prometedores.
La microbiota intestinal, clave para la inmunidad
Investigadores de la Universidad de Gotemburgo siguieron a 65 niños de familias que vivían en granjas o en hogares con o sin mascotas en la Suecia rural. Analizaron muestras fecales de estos niños desde el nacimiento hasta los 18 meses y luego evaluaron sus alergias a los 3 y 8 años. Los resultados, detallados en un comunicado de prensa, son sorprendentes: los niños criados en granjas o en contacto con animales domésticos tenían una microbiota intestinal más diversa desde su primera semana de vida.
En detalle, las crías mostraron una colonización temprana por bacterias beneficiosas como bifidobacteria y lactobaciloconocidos por su papel en el fortalecimiento de la inmunidad. Por otro lado, los niños que desarrollaron alergias presentaban una microbiota inmadura, caracterizada por una colonización tardía de estas bacterias protectoras y una mayor presencia de bacterias potencialmente dañinas como la Clostridioides difficile.
El efecto protector de los microbios.
¿Por qué son tan importantes estos microbios? Es gracias a esta exposición temprana a la diversidad microbiana que el sistema inmunológico del bebé aprende a distinguir las amenazas reales (patógenos) de las sustancias inofensivas (polen, alimentos, etc.). Este “aprendizaje” se ve favorecido por entornos ricos en microbios, como granjas o hogares que albergan animales. Una microbiota “madura”, dominada por bacterias anaeróbicas beneficiosas, produce compuestos que promueven la tolerancia inmune. Por el contrario, una microbiota “inmadura”, pobre en diversidad, hace que la inmunidad sea más vulnerable a las reacciones alérgicas.
Los investigadores subrayan, sin embargo, que vivir en una granja o adoptar un animal no garantiza una protección absoluta. Otros factores como la genética, la dieta y el uso de antibióticos también influyen en el riesgo de alergias. Pero los investigadores insisten en la importancia de la exposición natural y temprana a los microbios: jugar al aire libre, estar cerca de animales o limitar la sobreesterilización de los ambientes son formas de promover una microbiota saludable y frenar la actual epidemia de alergias en todo el mundo.
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