Un ensayo clínico reciente en los Estados Unidos reveló resultados prometedores para los pacientes con cáncer de páncreas. Al agregar altas dosis de vitamina C administrada por vía intravenosa al tratamiento de quimioterapia estándar, los investigadores observaron una duplicación del tiempo promedio de supervivencia de los pacientes. Este descubrimiento, publicado en la revista Biología redoxpodría transformar la forma en que se tratan ciertos cánceres.
Un salto impresionante en las tasas de supervivencia
El cáncer de páncreas es famoso por su diagnóstico tardío y mal pronóstico. Con quimioterapia sola, los pacientes en etapa 4 sobreviven un promedio de ocho meses. Sin embargo, en este estudio, los pacientes que recibieron altas dosis de vitamina C vieron aumentar su esperanza de vida a 16 meses.
“Cuando comenzamos este ensayo, esperábamos lograr una supervivencia promedio de 12 meses. Duplicar esa cifra fue una sorpresa increíble”, afirmó el Dr. Joe Cullen, profesor de la Universidad de Iowa y autor principal del estudio. “Los resultados fueron tan convincentes que pudimos detener el ensayo antes de lo previsto. »
Menos efectos secundarios y mejor tolerancia.
Además de una mayor supervivencia, los pacientes tratados con vitamina C también experimentaron una mejor calidad de vida. Los efectos secundarios a menudo asociados con la quimioterapia, como fatiga, náuseas y disminución de la inmunidad, fueron menos comunes.
En particular, los pacientes que tomaban vitamina C tenían recuentos de glóbulos blancos y plaquetas más estables, lo que reducía el riesgo de infecciones y hemorragias. Esta mejor tolerancia al tratamiento permitió a estos pacientes seguir un mayor número de ciclos de quimioterapia sin interrupción.
¿Por qué es eficaz la vitamina C?
El secreto está en la administración intravenosa, que consigue concentraciones de vitamina C en sangre mucho más altas que por vía oral. Estos niveles elevados generan peróxido de hidrógeno en la sangre, una sustancia que es tóxica para las células cancerosas y no daña las células sanas.
“Las células cancerosas, debido a su escasa capacidad para eliminar el peróxido de hidrógeno, son mucho más vulnerables a esta sustancia “, explica el profesor Garry Buettner, especialista en oncología de la Universidad de Iowa. Esta especificidad permite que la vitamina C ataque los tumores sin dañar el tejido sano.
Potencial más allá del cáncer de páncreas
Este éxito no es un éxito aislado. En enero de 2024, otro estudio demostró que la vitamina C administrada por vía intravenosa aumentaba la supervivencia de pacientes con glioblastoma, una forma agresiva de cáncer cerebral. Los pacientes tratados con esta combinación de vitamina C, quimioterapia y radioterapia sobrevivieron en promedio casi cinco meses más que aquellos que siguieron el tratamiento estándar.
Actualmente se está llevando a cabo un tercer ensayo clínico centrado en el cáncer de pulmón de células no pequeñas, cuyos resultados se esperan para finales de 2024.
Este avance allana el camino para un uso ampliado de la vitamina C en tratamientos oncológicos. La vitamina C en dosis altas, económica, bien tolerada y fácilmente accesible, podría convertirse en un valioso complemento a los tratamientos existentes.
“Nuestro objetivo es demostrar que la adición de vitamina C intravenosa puede mejorar significativamente el tratamiento de algunos de los cánceres más mortales”. concluyó el Dr. Cullen.
Con resultados tan prometedores, este descubrimiento da esperanza a miles de pacientes y a sus seres queridos. A medida que continúa la investigación, la integración de altas dosis de vitamina C bien puede redefinir el futuro de los tratamientos contra el cáncer, particularmente para afecciones tan desalentadoras como el cáncer de páncreas.
Ilustración : RD
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