Aprender a tocar un instrumento musical permitiría a los niños tener un mejor control de la inhibición, es decir, concentrar su atención en la tarea que tienen entre manos resistiendo distracciones y reacciones automáticas o impulsivas.
Así lo revelan los resultados de un metaanálisis que aparece en la edición de noviembre de la revista Cognición y realizado por el estudiante de doctorado Kevin Jamey del Departamento de Psicología de la Universidad de Montreal, bajo la dirección de la profesora Simone Dalla Bella.
Lo que hace único a este proyecto de investigación -que se basa en el análisis de 22 estudios publicados entre 1980 y 2023 y realizados con 1.734 niños de 3 a 11 años- es que se centra en el efecto del aprendizaje musical sobre una única capacidad cognitiva, el control de la inhibición, considerado crucial en el desarrollo del niño.
Estudios realizados en nueve países
Simone Dalla Bella y Kevin Jamey
Crédito: Juan David
El corpus de 22 estudios -que se realizaron en nueve países- incluye 8 ensayos aleatorios con un grupo de control, considerado el estándar de oro en investigación, y 14 son estudios longitudinales.
A partir de los datos recopilados, Kevin Jamey descubrió que aprender a tocar un instrumento musical proporciona un efecto positivo “medio-fuerte” en el control de la inhibición.
Así, los ensayos aleatorios con un grupo de control revelan un tamaño del efecto promedio de 0,60, resultado considerado significativo. “A partir de un tamaño del efecto de 0,4 podemos, por ejemplo, hacer recomendaciones para cambios en las políticas públicas”, ilustra el estudiante de doctorado.
En cuanto a los estudios longitudinales, es decir realizados durante un período más largo con una cohorte de jóvenes, el tamaño del efecto sigue siendo significativo aunque más modesto, es decir, 0,36.
“Estos resultados superan los de metanálisis anteriores sobre los efectos del aprendizaje musical transferidos a las funciones ejecutivas en general”, comenta Simone Dalla Bella. También superan a los relativos a la eficacia de otro tipo de entrenamiento cognitivo como los videojuegos.
Beneficios distintos
Este efecto positivo del aprendizaje musical sobre el control de la inhibición fue observable independientemente de la edad de los niños que participaron en uno u otro de los estudios analizados, de la intensidad de la formación musical o del método de aprendizaje musical.
“Nuestro metanálisis analiza varias formas de aprendizaje musical, desde lecciones privadas hasta lecciones grupales, y observamos que las lecciones que incorporan entrenamiento individual, especialmente fuera de la escuela, parecen tener la influencia más fuerte, ya que “hay menos distracciones tanto para los participantes como para los participantes”. alumno y profesor”, subraya Kevin Jamey.
Los datos también permitieron determinar que un mínimo de 300 minutos de entrenamiento musical, en total, serían suficientes para observar un efecto sobre el control de la inhibición. Esta duración relativamente corta sugiere que incluso la práctica musical moderada puede resultar beneficiosa.
No es una solución milagrosa, pero sí cierto potencial.
Los autores indican que los resultados de su metanálisis no presentan la música como una solución milagrosa. “Para que el aprendizaje musical sea realmente eficaz, debe guiarse y basarse en resultados científicos”, insiste Simone Dalla Bella. Pero aunque la música no lo mejora todo, parece tener efectos beneficiosos sobre determinadas funciones cognitivas que debemos seguir explorando.
Kevin Jamey y Simone Dalla Bella son optimistas sobre las posibles aplicaciones del aprendizaje musical en niños con discapacidades del desarrollo. “Formas específicas de entrenamiento musical podrían beneficiar a los niños con trastorno del espectro autista o trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad”, sugieren.
En este sentido, serán necesarios más estudios aleatorizados con un grupo de control para validar los resultados obtenidos, y a eso se postulará Kevin Jamey participando en un proyecto de investigación que durará cuatro años, en el marco de una beca postdoctoral que Lo llevará a cabo en el Brain and Creativity Institute de la Universidad del Sur de California.
Además, Simone Dalla Bella y Kevin Jamey se muestran partidarios de reintroducir la educación musical en las escuelas primarias. “Estamos muy cerca de poder hacer la recomendación oficial”, concluyen. Los beneficios potenciales son demasiado grandes para ignorarlos”.
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