Un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), publicado el 7 de noviembre, alarma por las deficiencias en la investigación y el desarrollo para tratar las enfermedades tropicales desatendidas (ETD) en los niños. “Estas enfermedades generalmente son desatendidas y los niños se ven aún más afectados por esta falta de inversión”avanza Martina Penazzato, coautor del informe y director técnico de la Red Mundial del Acelerador de Formulaciones Pediátricas (GAP-f), una red de organizaciones no gubernamentales (ONG) e institutos de investigación, coordinada por la OMS, que tiene como objetivo acelerar el desarrollo de tratamientos para niños. Un estudio científico ya advertía en 2019: menos de la mitad de los medicamentos disponibles para las ETD tenían entonces autorización e información para uso pediátrico.
Las ETD afectan a las poblaciones pobres, principalmente en África, pero también en Asia y América Latina. La OMS enumera 21. Algunos afectan particularmente a los niños. Estos últimos representan, por ejemplo, la mitad de los casos de leishmaniasis visceral, una enfermedad parasitaria transmitida por pequeños insectos, los flebótomos, que es mortal si no se trata.
La OMS ha identificado, por primera vez en 2023, siete medicamentos pediátricos cuyo desarrollo es prioritario para cinco ETD: bilharzia, tripanosomiasis africana, sarna, oncocercosis o “ceguera de los ríos” y leishmaniasis visceral.
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Para la industria farmacéutica, el interés comercial en desarrollar medicamentos pediátricos para las enfermedades del tubo neural es escaso. A veces se desconoce la proporción de niños afectados, porque su diagnóstico es peor que el de los adultos. Y los pequeños pacientes pueden encontrarse dispersos en diferentes países. “Los ensayos clínicos con niños cuestan más porque muchas veces hay que hacer varios grupos de diferentes edades”añade Michelle Childs, responsable de promoción de la Iniciativa sobre Medicamentos para Enfermedades Olvidadas (DNDi).
Hay que reducir el amargor
ONG como DNDi, con sede en Suiza, o Medicines Development for Global Health, en Australia, están tomando el relevo. “A menudo realizan investigaciones que los fabricantes no hacen”observa Martina Peñazzato. “Los niños no son pequeños adultos. La forma en que su cuerpo metaboliza los tratamientos es diferente”explica Michelle Childs.
“Un medicamento no sólo debe ser seguro y eficaz. En el caso de los niños, también debe ser fácil de administrar”recuerda Martina Penazzato. Según el informe, el 70% de los indicados para las ETD, incluidos en la lista de medicamentos esenciales para niños de la OMS, no están disponibles en formulaciones adecuadas. Las tabletas son más fáciles de transportar que los jarabes y toleran mejor las temperaturas tropicales. Pero los más pequeños no pueden tragarlos.
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