Es una patología que te asusta, y con razón. El cáncer de páncreas es uno de los que presenta el panorama más oscuro. Sólo entre el 10 y el 15% de las personas afectadas siguen vivas cinco años después del diagnóstico. Una gravedad que se debe a la insidiosa particularidad de esta enfermedad, con su considerable poder metastásico. “Se trata de tumores muy agresivos que crecen rápida y silenciosamente”, explica el profesor Jean-Louis Frossard, médico jefe del Departamento de Gastroenterología y Hepatología de los Hospitales Universitarios de Ginebra (HUG). Es el más perverso de los cánceres, porque sus síntomas sólo aparecen en los pocos meses que preceden a la muerte. Entre los signos de alarma: pérdida de peso, dolor que se irradia a la espalda y, a veces, ictericia. Síntomas que siguen siendo poco específicos.
¿Qué es el páncreas?
Órgano digestivo ubicado entre el bazo y el duodeno, en la parte superior del abdomen, el páncreas es una glándula que mide de 15 a 20 cm y pesa aproximadamente 50 g. Su posición anatómica, en la parte posterior del estómago, lo hace discreto y de difícil acceso. Sin embargo, juega un papel importante en el cuerpo porque interactúa con muchas estructuras anatómicas circundantes. De hecho, el páncreas participa en la digestión secretando jugos digestivos que contienen enzimas. Transportados al intestino delgado a través del conducto pancreático, permiten la descomposición de los alimentos para que el cuerpo pueda absorber los nutrientes esenciales para su funcionamiento. Desde el punto de vista metabólico, el páncreas también desempeña un papel clave en la regulación de los niveles de azúcar en sangre. Contiene células de Langerhans responsables de secretar insulina, una hormona necesaria para regular el azúcar en sangre.
Además de las características furtivas de este cáncer, otro punto preocupa a los especialistas: su prevalencia. De hecho, datos recientes muestran un aumento dramático en el número de casos en la población, particularmente en los países industrializados. En Suiza, si entre 1980 y 1984 se registraron 4.000 casos, esta cifra se duplicó entre 2015 y 2019. Y las previsiones son alarmantes: “Algunos estudios sugieren que el cáncer de páncreas superará en incidencia al cáncer de mama en las mujeres dentro de unos años”. revela el profesor Frossard.
Factores de riesgo identificados
Un dato positivo: el conocimiento sobre esta enfermedad ha evolucionado considerablemente en los últimos años, especialmente en lo que respecta a las causas y factores de riesgo. Hoy sabemos que la edad avanzada (seis de cada diez personas tienen más de 70 años en el momento del diagnóstico), el tabaquismo (del 30 al 40% de los casos está directamente relacionado con el consumo de tabaco), la diabetes tipo 2, la exposición a ciertos pesticidas, especialmente en el vino, regiones en crecimiento, o incluso la obesidad. Así, se observó que las personas con un índice de masa corporal (IMC) más alto[3] A los 30 años, el riesgo de desarrollar cáncer de páncreas aumenta entre un 50 y un 60%.
Sufre de pancreatitis crónica (leer enmarcado), enfermedad que altera de forma duradera el páncreas, también aumenta la posibilidad de que aparezca este cáncer, al igual que los antecedentes en un familiar de primer grado (padre, madre, hermanos).
Investigación que avanza lentamente
Uno de los principales obstáculos en el despliegue de nuevas terapias y métodos de diagnóstico radica en el hecho de que, a diferencia de otros cánceres como el de mama o el de próstata, aún no se ha identificado ningún biomarcador tumoral para la detección del cáncer de páncreas. Sin embargo, estas moléculas específicas que se encuentran en las células cancerosas podrían facilitar la identificación y la localización de tumores. “A veces se utiliza un biomarcador, el CA19-9, pero no es óptimo porque carece de eficacia diagnóstica y no se expresa en todos los pacientes”, subraya el profesor Frossard.
Entre las líneas de investigación desarrolladas, se encuentra el desarrollo de un análisis de sangre que detecte microseñales emitidas entre las células cancerosas en la bilis y quizás algún día en la sangre. “También deberíamos pensar en campañas de detección en poblaciones de riesgo”, sugiere el especialista, “pero las imágenes no son muy eficaces para detectar un tumor en una etapa temprana en este órgano profundo y de difícil acceso”. Otra vía, parece que ciertas personas con cáncer de páncreas presentan inicialmente intolerancia a la glucosa o diabetes tipo 2. Monitorizar la fluctuación del azúcar en sangre en estos pacientes cuando también presentan una pérdida de peso inexplicable permitiría detectar más rápidamente la enfermedad.
Pocos tratamientos disponibles
Una evolución rápida y furtiva, dificultades para diagnosticarlo y… falta de arsenal terapéutico eficaz, que completa el oscuro panorama del cáncer de páncreas.
“En el 80% de los pacientes, el tumor ya no es operable en el momento del diagnóstico”, señala el Dr. Thibaud Kössler, jefe de la Unidad de Tumores Digestivos del Departamento de Oncología del HUG. Es posible ofrecer quimioterapia, que ayuda principalmente a limitar los síntomas y ralentizar la progresión, pero rara vez ofrece una cura. La inmunoterapia, una revolución terapéutica de los últimos años que ha demostrado ser eficaz para otros tipos de cánceres, ha demostrado ser ineficaz para los tumores de páncreas. “Por el lado de la investigación, el trabajo se centra en atacar mutaciones específicas que podrían complementar los tratamientos actuales”, explica el experto. También se están estudiando vacunas personalizadas”.
Mientras esperan resultados prometedores que conduzcan a tratamientos eficaces, los pacientes pueden beneficiarse de un programa de atención integral y multidisciplinario. “Cuando se anuncia el diagnóstico, ofrecemos sistemáticamente apoyo combinando nutrición y actividad física, así como apoyo psicológico”, subraya el Dr. Kössler. Este seguimiento personalizado aporta un beneficio a la calidad de vida, después del shock que suele representar el anuncio de la enfermedad.
Pancreatitis, otra enfermedad del páncreas
La pancreatitis aguda es una enfermedad común que provoca dolores repentinos y violentos en la zona abdominal, náuseas y vómitos, fiebre, descensos de la tensión arterial, etc. La causa puede ser el consumo de alcohol, determinados medicamentos, una predisposición genética o incluso una inmunodeficiencia. A menudo está relacionado con la presencia de cálculos biliares que obstruyen el conducto pancreático y bloquean las secreciones, provocando inflamación local. La pancreatitis aguda repetida puede eventualmente causar una destrucción progresiva del páncreas y dar lugar a lo que se llama pancreatitis crónica. Padecer esta patología te pone en mayor riesgo de desarrollar cáncer de páncreas.
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Publicado en Le Matin Dimanche el 17/11/2024
[1] Fuente: Liga Suiza contra el Cáncer.
[2] https://www.revmed.ch/revue-medicale-suisse/2024/revue-medicale-suisse-884/cancer-du-pancreas-une-epidemie-oncologique-en-devenir
[3] IMC = peso (kg)/altura (cm)2
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