La Alta Autoridad Sanitaria (HAS) estima que los errores de diagnóstico afectan hasta el 10% de las interacciones clínicas entre pacientes y médicos.
La HAS define el error de diagnóstico como la falta de proporcionar una explicación precisa y oportuna de los problemas de salud del paciente (incluidos diagnósticos retrasados, incorrectos o omitidos) o de comunicarlo correctamente (un diagnóstico correcto estaba disponible pero no se transmitió al paciente).
La tasa de errores de diagnóstico varía según el tipo de atención y especialidad.
En las salas de urgencias, se estima que 1 de cada 18 pacientes recibe un diagnóstico incorrecto. En la medicina ambulatoria de adultos, la tasa de error de diagnóstico alcanza aproximadamente el 5%. Pero esta tasa varía según las patologías y las especialidades: sigue siendo inferior al 5% en dermatología, imagenología o anatomía patológica, pero oscila entre el 10 y el 15% en otras especialidades.
Las tres áreas principales de error de diagnóstico son las enfermedades vasculares graves, las infecciones y el cáncer, con una tasa de diagnósticos omitidos que oscila entre el 2,2% para el infarto de miocardio y el 62,1% para el absceso espinal. Los errores a menudo se refieren a patologías comunes, que pueden resultar sorprendentes.
¿Qué causa un error de diagnóstico?
El error de diagnóstico muchas veces depende de diferentes causas. Son sistémicas (procedimientos, trabajo en equipo, comunicación) pero también “cognitivas”, cuando el médico abandona demasiado pronto su pensamiento diagnóstico.
Pero la principal causa del error de diagnóstico, según la HAS, está simplemente relacionada con el hecho de que “los médicos no reconocen lo que no saben”.
Además de los conocimientos teóricos, los errores de diagnóstico pueden deberse a lagunas en lo que respecta a:
– Conocimientos clínicos;
– Interpretación de exámenes;
– Razonamiento médico;
– Influencias cognitivas (sesgos vinculados a la forma de pensar)
– Factores relacionados con el paciente (barrera del idioma; problemas de comunicación; el paciente no comparte todos los datos con el médico).
También pueden deberse a fallos de comunicación dentro del equipo, de organización, de seguimiento de los expedientes médicos, pero también a una sobrecarga de trabajo, o incluso a fallos en el expediente informatizado del paciente.
También hay factores relacionados con exámenes adicionales (no disponibles, problemas logísticos, relacionados con pruebas falsas positivas o negativas, interpretación dudosa, etc.), o incluso con factores de estrés para el personal de enfermería (limitaciones de tiempo, discontinuidad de los cuidados, etc.).
Finalmente, existen factores de riesgo vinculados a la enfermedad, como presentaciones clínicas atípicas, inconsistencias inexplicables, coincidencias inesperadas, síntomas inespecíficos, etc.
Algunos resultados también pueden enmascarar otro diagnóstico. Una progresión rápida de los síntomas, una apariencia benigna o un curso lento y atenuado también pueden inducir a error.
¿Cuáles son las consecuencias para el paciente?
El problema no sólo incluye diagnósticos retrasados y omitidos, sino también el costo, la redundancia y la ineficacia de los procedimientos de diagnóstico, sin descuidar el riesgo de sobrediagnóstico y sus consecuencias.
A falta de cifras francesas, la HAS se basa en datos estadounidenses donde los errores de diagnóstico causan 424.000 incapacidades permanentes y 371.000 muertes al año, lo que representa el 14,1% de la mortalidad total y el 25% de las muertes por error médico.
Los errores de diagnóstico afectan al menos a 1 de cada 20 adultos cada año. Alrededor de 64.000 de estas muertes se pueden prevenir. En Australia, el error de diagnóstico está implicado en una de cada 100 muertes hospitalarias.
El médico no sale ileso de un error de diagnóstico
Los médicos a menudo perciben los errores de diagnóstico como fracasos personales, que generan sentimientos de vergüenza, inutilidad y pérdida de confianza, en lugar de una señal para explorar las causas sistémicas o cognitivas subyacentes.
Además de las repercusiones para el paciente, la agencia destaca las importantes consecuencias sociales, así como los impactos psicológicos y profesionales para el médico.
En Francia, la mitad de los procedimientos médico-legales que involucran a médicos generales se deben a errores de diagnóstico.
Ante esta observación, HAS propone acciones para detectar y medir errores de diagnóstico: informes de médicos y pacientes, análisis de historias clínicas y almacenes de datos, y desarrollo de indicadores de error y calidad del diagnóstico.
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