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Los investigadores consiguen resucitar cerebros de cerdo 1 hora después de su muerte gracias a… su hígado ????

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El sorprendente papel de un órgano normalmente subestimado podría cambiar nuestra forma de abordar el daño cerebral tras un paro cardíaco.

EMBO Medicina Molecular revela un gran avance: los científicos chinos lograron resucitar cerebros de cerdo una hora después de un paro cardíaco. Esta hazaña se basa en un innovador aporte hepático.

> Imagen de ilustración Pixabay

El experimento, llevado a cabo en la Universidad Sun-Yat-sen, destaca el impacto del hígado en la salud del cerebro después de la reanimación. Al agregar este órgano al sistema de perfusión normotérmico, los investigadores observaron una reducción del daño cerebral. cuando el cerebro esta privado deoxígeno Después de un paro cardíaco, las lesiones se desarrollan rápidamente. En Francia, sólo el 5% de las víctimas de paros cardíacos sobreviven sin secuelas, según el Ministerio de Salud. Para probar su hipótesis, los científicos aislaron cerebros de cerdo y simularon un paro cardíaco. Posteriormente, conectaron los cerebros a la perfusión normotérmica (para imitar la circulación de sangre y oxígeno). Algunos cerebros estaban conectados, además del dispositivo de perfusión, a un hígado funcional. De este modo, los investigadores pudieron notar una clara diferencia: los cerebros que estaban conectados al hígado eran más resistentes al daño y mantenían una actividad eléctrica estable en comparación con los cerebros conectados solo al dispositivo de perfusión.

El hígado, gracias a sus funciones metabólicas, produce moléculas protectoras como los cuerpos cetónicos. Estas sustancias podrían servir como alternativa energética en caso de falta de glucosa. Los resultados muestran que el hígado reduce la inflamación y limita la inflamación del cerebro. Se descubrió que las neuronas de la corteza y el hipocampo, a menudo afectadas primero, estaban mucho menos dañadas.

> La función hepática en la lesión cerebral posparo cardíaco se estudió en un modelo porcino de isquemia cerebral global (falta de suministro de sangre).
– La zona de infarto del lóbulo frontal y laafiliación Las células inmunes del lóbulo temporal aumentaron en cerebros isquémicos en presencia de isquemia hepática concomitante.
– Ex vivo, la presencia de un hígado funcional mejoró la viabilidad neuronal, la citoarquitectura y la actividad electrocortical tras una lesión cerebral por paro cardíaco.
– Los análisis transcriptómicos y metabolómicos sugieren que el hígado protege contra el daño cerebral después de un paro cardíaco aumentando la producción de cuerpos cetónicos.

Aunque esta técnica aún no es aplicable a los humanos, abre perspectivas para ampliar la ventana de reanimación y aumentar así las posibilidades de supervivencia.

¿Cómo protege el hígado al cerebro después de un paro cardíaco?

El hígado es un órgano vital, central en el metabolismo y desintoxicación del organismo. Durante un paro cardíaco, desempeña un papel clave en la producción de moléculas, como los cuerpos cetónicos, que sustituyen a la glucosa como fuente de energía.energía para el cerebro.

Al reducir la inflamación y purificar la sangre, el hígado ayuda a limitar el daño cerebral después de un paro cardíaco. Su acción ralentiza los procesos de degradación neuronal, permitiendo una reanimación más eficaz del cerebro preservando su estructura y función.

¿Qué importancia tiene la ventana de reanimación después de un paro cardíaco?

La ventana de reanimación designa el período crítico durante el cual las posibilidades de restaurar funciones vitales de un paciente después de un paro cardíaco son máximos. Normalmente esta ventana sólo dura unos pocos minutosporque pasado este tiempo el cerebro comienza a sufrir daños irreversibles por falta de oxígeno.

Si el flujo sanguíneo no se restablece rápidamente, las células nerviosas comienzan a morir, lo que provoca daños graves o incluso la muerte. Avances recientes, como los realizados por investigadores chinos, muestran que al ampliar esta ventana mediante intervenciones específicas, puede ser posible mejorar las tasas de supervivencia y los resultados neurológicos en las víctimas de un paro cardíaco.

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