Este proyecto único e innovador, realizado en conjunto con la Agencia Regional de Salud (ARS), los Consejos Departamentales, asociaciones y representantes de los profesionales de la salud, se enmarca en el Pacto por las Comunidades Rurales. Su objetivo es fortalecer el acceso a la atención de las mujeres en zonas rurales, ofreciendo servicios móviles de detección, incluido un mamógrafo a bordo.
Una inversión en la salud de la mujer
Con este primer AMI, la Región moviliza 2,1 millones de euros para mejorar la prevención y el cribado de patologías que impactan en la salud de la mujer, incluido el cáncer de mama. Los autobuses sanitarios llevarán mamógrafos para realizar exámenes cerca de donde viven las mujeresen el marco de campañas de salud pública, y permitirá el apoyo en conjunto con el Centro Regional de Coordinación de Detección de Cáncer (CRCDC) y profesionales de la salud en los territorios involucrados.
Una respuesta a las desigualdades territoriales
Los estudios muestran que las mujeres que viven en zonas rurales tienen más probabilidades de enfrentar dificultades para acceder a la atención. En Gran Este, el 40% de estas mujeres no tienen seguimiento ginecológico y el 20% no tiene médico de cabecera. Estas disparidades en la atención constituyen un importante problema de salud pública, con una mayor tasa de abandono de atención debido a limitaciones financieras, de movilidad o de disponibilidad.
Calendario del AMI y perspectivas futuras
La Región concederá las subvenciones a los ganadores en octubre 2025con una financiación que puede cubrir hasta el 70% de los costes de inversión de los proyectos, hasta un máximo de 700.000 euros. El programa “Autobús de la Salud” encarna la voluntad regional de garantizar una atención sanitaria más equitativa a las mujeres y promover la prevención de la salud. Un segundo AMI, previsto para 2026, se centrará en la prevención general y la educación sanitaria.
Puntos de referencia sobre la salud de la mujer en Francia
Las mujeres en Francia tienen una esperanza de vida mayor que los hombres (85,1 años frente a 79,3 años), pero viven menos años con buena salud. También encuentran desigualdades en el acceso a la atención, acentuadas por limitaciones familiares y profesionales y dificultades de movilidad, especialmente en las zonas rurales. Socialmente, las mujeres son cada vez más responsables de la salud familiar, en detrimento de su propia atención médica.
Según una encuesta 2021-2022, muchos indicadores de salud pública son preocupantes: el 90% de las mujeres tiene factores de riesgo cardiovascular, el 50% tiene riesgos gineco-obstétricos y el 27% sufre depresión. Además, el 39% tiene hipertensión arterial y el 79% no tiene control cardiovascular. En cuanto a los cánceres, los de mama, recto, colon y pulmón son los más comunes y están aumentando entre las mujeres, mientras que están disminuyendo entre los hombres.
Finalmente, el acceso limitado a exámenes de detección (como el cáncer de mama, en el que el 52,3% de las mujeres entre 50 y 75 años no participan) subraya la importancia de acercar los servicios de salud lo más posible a los lugares de vida para reducir las desigualdades sociales y geográficas.
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