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dan testimonio de su lucha contra el tabaco

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Seguidos por el servicio de adicciones del centro hospitalario de Niort, con motivo del mes sin tabaco, Olivier Pelletier y André Bollerot coincidieron en hablar sobre la difícil, pero no imposible, búsqueda de dejar de fumar.

Hace diez días, Olivier Pelletier sufrió un infarto. Para este ex camionero de 51 años, ahora formador de transporte logístico, fue un punto de inflexión. “O sigo fumando y sé lo que me pasa, o lo dejo y puedo vivir un poco más. La elección es sencilla”. señala.

Diez años antes, este cincuentón había dicho por primera vez que había dejado de fumar, a pesar de que fumaba desde la escuela secundaria. “Por acontecimientos de mi vida personal comencé a fumar nuevamente hace cinco meses”dice. Mientras tanto, en 2019 también logró deshacerse de su adicción al alcohol.

Los cambios beneficiosos que supone dejar de fumar siguen presentes en la mente de Olivier. “Después de dos semanas había recuperado gustos y olfatos que había perdido”testifica.

En su viaje, cada fumador se enfrenta a situaciones que pondrán a prueba su decisión de dejar de fumar. “Para mí lo más difícil es la parte social, en contextos festivos con amigos”. admite Olivier.

Identificar trampas de recaída

Anthony Jean, enfermero especializado en adicciones, se recupera. “Uno de los objetivos del seguimiento de las adicciones es ayudar al paciente a identificar situaciones de posible recaída y luego evitarlas, a veces de forma permanente”. explica.

Tomar la decisión de dejar de fumar es una cosa, pero hay que perseverar. “ Tienes que ocupar tu mente. Por ejemplo, sumergirse en una pasión. Para mi es pescar carpas », dice Olivier.

Para André Bollerot, presente a su lado, la pesca, los paseos y la petanca le permiten evitar recaídas. El repartidor jubilado dejó de fumar hace tres años. “Fui fumador desde los 20 hasta los 60 años” él indica. Había empezado a fumar durante el servicio militar, como muchos hombres de su generación.

Es más difícil dejar el tabaco que el alcohol

André había ingresado en el departamento de adicciones del centro hospitalario de Niort para tratar inicialmente su dependencia del alcohol. Luego atacó el consumo de tabaco, cuando fumaba dos cajetillas al día. “Era mucho más difícil dejar de fumar que dejar el alcohol”señala.

Durante su período de abstinencia, a veces le resultaba difícil resistir la tentación. “Lo que podía hacerme recaer era oler humo. Cuando me encontraba con alguien que fumaba, me alejaba de él o podía pedirle un cigarrillo”.dice. Durante su tratamiento, André participó en tres semanas de tratamiento, que consistieron en entrevistas individuales y actividades grupales. “Los grupos de apoyo me ayudaron mucho. » También logró dejar de usar parches, un tratamiento sustitutivo de la nicotina. André tuvo la suerte de contar con el apoyo de su socio en su proceso. “Para ella tampoco fue fácil” admite.

La parte más difícil parece haber quedado atrás. Por su parte, Olivier Pelletier se prepara para iniciar un seguimiento en el servicio de adicciones del CH de Niort, decidido a eliminar también el tabaco de su vida.

El próximo 18 de noviembre, de 8:30 a 16:30 horas, en el hall de recepción del hospital, profesionales del equipo de atención y enlace con las adicciones (Elsa) organizan una jornada de apoyo y prevención abierta a todos.

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