La recaída es una experiencia dolorosa para los fumadores. Las estadísticas muestran que ocurre entre 4 y 6 veces durante el proceso de dejar de fumar. Los adictólogos incluso lo consideran parte de la “aventura” de dejar de fumar. Por tanto, la recaída es la norma, no la excepción.
“Este término aventura está bien elegido”, explica Christiane Pochulu, paciente experta que padece EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica), “porque cada intento de dejar de fumar representa una oportunidad para aprender y descubrir cómo liberarse de la nicotina. El día que nos detengamos definitivamente, confiaremos en todas nuestras experiencias pasadas. »
Las recaídas, un paso hacia dejar de fumar
Como asegura Christiane Pochulu, la recaída al dejar de fumar no es una maldición, ni una incapacidad personal para dejar de fumar, ni siquiera una falta de voluntad. Es un paso en la aventura.
“Quizás una situación te atrapó, o una emoción fuerte te abrumó: ¿demasiada alegría, tristeza, estrés o enojo? Luego encendiste un cigarrillo para consolarte, relajarte o incluso recompensarte. O tal vez el método que estás utilizando para dejar de fumar no sea el adecuado para ti. Los sustitutos de la nicotina, por ejemplo, son eficaces mientras se utilicen, pero su efecto no dura más. »
Recaer es una oportunidad de aprendizaje. ¿Pero cuáles?
Has recaído y la culpa te está carcomiendo. Te sientes infeliz. Sin embargo, aunque dejar de fumar parezca lejano, o incluso imposible, no te equivoques: la buena noticia es que no has perdido nada. Incluso has progresado. Lograr liberarse del tabaco sigue siendo totalmente posible y Christiane Pochulu ha enumerado cuatro lecciones que debes tener en cuenta:
- A través de estas recaídas, usted ha adquirido experiencia y lecciones valiosas. En primer lugar, sus intentos de dejar de fumar le han permitido familiarizarse con los síntomas de la abstinencia, ya sean físicos o emocionales, placenteros o difíciles. También entiendes que, aunque se trata de un paso delicado, es sólo temporal.
- Ha identificado con éxito sus factores desencadenantes: estos acontecimientos felices o dolorosos, a menudo vinculados a emociones intensas, que reavivaron su deseo de fumar y provocaron la recaída. Ahora eres mucho más consciente de tus vulnerabilidades frente al cigarrillo y de las trampas que te tiende. Parecía una buena amiga, siempre presente y disponible, pero terminaste entendiendo que en realidad es una enemiga que no significa ningún bien para ti.
- Ha tenido la oportunidad de reflexionar sobre el plan de acción que había elegido: ¿lo siguió al pie de la letra, especialmente si lo había establecido con su médico de cabecera o con un especialista en tabaco? ¿Se adaptaba bien a su situación? ¿Recibiste el apoyo necesario? Responder estas preguntas lo hará más consciente para evitar los peligros de fumar.
- Ahora sabes que pudiste dejar de fumar, lo has demostrado. ¡Así que vuelve al camino de la aventura!
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