En 2023, el número de diagnósticos del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) aumentó por tercer año consecutivo, constató el jueves Sciensano. “La epidemia de VIH en Bélgica no está bajo control y son necesarios esfuerzos adicionales”, insiste el Instituto de Salud Pública.
El año pasado, 665 personas fueron diagnosticadas con VIH en Bélgica, un aumento del 13% en un año. En 2022, eran 597 (+14% respecto a 2021). La mayoría de los nuevos diagnósticos (328, +13% respecto a 2022) se referían a personas heterosexuales. Este aumento afecta a hombres y mujeres, belgas y no belgas. Sin embargo, el mayor aumento se observó entre las personas de 30 a 49 años, así como entre las de 60 años y más.
Entre la población homosexual, se realizaron 297 diagnósticos entre hombres que tienen sexo con hombres (HSH), lo que supone un aumento del 16% entre 2023 y 2022. “Este aumento interrumpe el descenso continuo observado anteriormente entre los HSH belgas”, subraya Sciensano. En este grupo, el aumento afecta principalmente a los belgas, especialmente a los de entre 30 y 39 años. Entre las personas de 20 a 29 años, el número de diagnósticos se ha estabilizado tras un fuerte crecimiento en años anteriores.
Estos resultados muestran un repunte de la contaminación después de una tendencia a la baja observada durante varios años. Por tanto, el virus sigue propagándose a pesar de los medios de protección y prevención: preservativos, controles periódicos, tratamientos contra la transmisión (PrEP y PEP).
Sin ser conscientes del riesgo que corren, algunas personas no adoptan los reflejos adecuados. El uso de condones, aunque crucial, está particularmente en declive. En cuanto a la PrEP, un tratamiento preventivo que previene la infección por el virus del SIDA en personas VIH negativas, su uso está aumentando entre los HSH. En total, en 2023 hubo 8.727 usuarios -el 99% de los cuales eran hombres- frente a 6.932 en 2022 y 2.332 en 2018. Sin embargo, su cobertura sigue siendo incompleta debido a los obstáculos para acceder y utilizarlo de manera efectiva.
Por lo tanto, Sciensano recomienda diversificar el modelo de entrega de PrEP. Para reforzar la prevención, el Instituto también destaca la importancia de la educación sexual y de relaciones en la escuela, en particular. También deberían estar disponibles condones asequibles, particularmente para los jóvenes cuyos recursos son generalmente más limitados. Por último, sigue siendo esencial realizar pruebas de detección del VIH y otras infecciones de transmisión sexual en instalaciones de fácil acceso (como centros de planificación familiar).
Que todo el mundo entienda qué métodos de prevención son los más eficaces según su situación personal es la cuestión central para reducir eficazmente el riesgo de infección por VIH, concluye Sciensano.
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