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En España, el gobierno de Sánchez lucha contra la crisis inmobiliaria

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Thomas COEX

Pisos insuficientes, precios de alquiler disparados: en España, la crisis inmobiliaria está presionando al gobierno de Sánchez, que ha hecho de este tema una prioridad pero hasta ahora ha tenido dificultades para obtener resultados.

“Hoy en día, encontrar alojamiento en España se ha convertido en una carrera de obstáculos, especialmente para los jóvenes”, dijo a la AFP Juan Lozano, un madrileño de 24 años. “Casi no hay ofertas en el mercado y cuando las hay, los precios son desorbitados”.

Como unas 22.000 personas, según las autoridades, este estudiante se manifestó el domingo en Madrid ante la convocatoria de una cuarentena de asociaciones, para exigir soluciones al alza de los precios de la vivienda y amenazar a los propietarios con una “huelga de alquileres”.

“El tema de la vivienda es un viejo problema en España”, aún traumatizada por la crisis inmobiliaria de 2008, pero “desde la crisis del Covid-19 hemos llegado a un nivel insostenible”, insiste Juan Lozano.

Según el portal inmobiliario Idealista, el precio del metro cuadrado de alquiler ha aumentado un 82% en el país en los últimos diez años.

Una tasa cinco veces superior a la del salario medio, que aumentó un 17%, según el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Para los hogares de bajos ingresos, encontrar vivienda se ha convertido en una misión imposible, especialmente porque las viviendas sociales son escasas en España: alrededor del 2,5% del parque total, frente al 9,3% de media en la Unión Europea. .

– “Los alquileres nos están asfixiando” –

“Los alquileres nos asfixian y nadie hace nada (…) La mayoría social lleva demasiado tiempo pagando la crisis inmobiliaria, mientras una minoría” de propietarios “se enriquece a costa de su trabajo”, denuncia el Sindicato de inquilinos.

Una opinión compartida por Comisiones Obreras (CCOO). “El acceso a la vivienda se ha convertido en una quimera para grandes sectores de la sociedad”, lamenta la organización sindical, que pide al Estado que “garantice el derecho constitucional a una vivienda digna y adecuada”.

Para el primer ministro socialista Pedro Sánchez, que ha hecho de la defensa de las clases trabajadoras una prioridad desde que llegó al poder hace seis años, la cuestión es espinosa y una fuente de tensión con sus aliados de izquierda radical en el parlamento.

En mayo de 2023, el ejecutivo aprobó una ley emblemática en materia de vivienda, que prevé un aumento de la construcción de viviendas sociales, control de los alquileres en zonas tensas y sanciones para los propietarios que dejen sus viviendas desocupadas.

Pero este texto no ha permitido por el momento frenar el aumento de los alquileres, que volvieron a aumentar un 10,2% interanual en el tercer trimestre, con picos del 15% en las grandes ciudades como Valencia o Madrid.

Lo suficiente para aumentar la impaciencia de la población, mientras que algunas medidas de la ley son objeto de un enfrentamiento entre el ejecutivo y las regiones que deben aplicarlas, 18 meses después de su adopción.

– “Varita mágica” –

“La situación es difícil” pero “el problema de la vivienda no se soluciona con una varita mágica”, defendió el lunes Pedro Sánchez, recordando que su Gobierno había “multiplicado ocho veces” los recursos dedicados a la vivienda durante seis años.

Thomas COEX

“No quiero una España con propietarios ricos e inquilinos pobres. Por eso mi Gobierno ha hecho de la vivienda una prioridad absoluta”, prosiguió el líder socialista, anunciando un presupuesto de 200 millones de euros para viviendas para jóvenes.

Para acelerar el ritmo, el ejecutivo ya había anunciado en los últimos meses el fin de la práctica de los “visados ​​dorados”, que ofrecían permisos de residencia a los extranjeros que invertían en bienes raíces, acusados ​​de fomentar la especulación.

Al mismo tiempo, prometió luchar contra la proliferación de apartamentos turísticos, que reduce el número de viviendas disponibles en el mercado, y acelerar el inicio de la construcción de nuevas viviendas.

Según el Banco de España, de aquí a finales de 2025 se necesitan 600.000 nuevas viviendas para cubrir las necesidades de la población. Sin embargo, según la organización bancaria, actualmente se construyen menos de 100.000 edificios cada año.

“Hace años que tenemos promesas” pero “pocos resultados”, juzga Laura Barrio, del colectivo “Stop Desahucio”. “Ahora debemos actuar”, con “reformas estructurales” que resuelvan el problema “de raíz”, insiste.

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