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¿Realidad o ficción? Dos expertos nos lo cuentan todo

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Son buenos, pero tampoco tienen esos ‘superpoderes’ que se les atribuyen.

“Es principalmente un efecto de moda”Valérie Pierart, jefa del departamento de dietética del CHU Saint-Pierre (Bruselas), se muestra atenta. “Estos alimentos ciertamente concentran ciertos nutrientes que son muy buenos para la salud, en particular antioxidantes o hierro, pero como muchos otros alimentos, tampoco tienen esos ‘superpoderes’ que se les atribuyen”. Porque algunos superalimentos se promocionan abiertamente por sus supuestas propiedades anticancerígenas o anticolesterol, sin ninguna prueba científica. Son buenos, sí, pero tampoco milagrosos.

Marketing de dietas

“No nos equivoquemos, son buenos para la salud, insiste Yasmina Zalla, dietista del CHU Saint-Pierre. No son los únicos. Se destacan más que otros por razones que tienen que ver más con el marketing; por cierto, no es un término que utilicemos en dietética”. Para que conste, la palabra fue inventada a principios de la década de 2000 por una empresa comercial que promocionaba dietas “saludables”. Por lo tanto, es, ante todo, una cuestión de marketing.

¿El riesgo de los “superalimentos”? El exceso, que suele observarse en las tendencias y modas alimentarias. “Al centrarnos en los superalimentos, podemos acabar ingiriendo un exceso de lo que nos aportan, pero también provocar un efecto halo, donde atribuimos virtudes milagrosas a tal o cual alimento teniendo una visión totalmente errónea de su calidad nutricional real”. El efecto halo también se puede observar en la dirección opuesta: la demonización del gluten o de la lactosa en ciertas dietas y tendencias alimentarias es a veces muy exagerada, y lleva a algunas personas a prohibirlos erróneamente de su dieta.

Moderación y equilibrio

Si bien la idea de incorporar superalimentos a tu dieta puede ser algo bueno, no debería ser un fin en sí mismo. “Si llevas una dieta equilibrada siguiendo la pirámide alimenticia, obtendrás todos los nutrientes que tu cuerpo necesita sin tener que buscarlos en estos ‘superalimentos’, explica Valérie Pierart. Lo más importante no es seguir dietas específicas ni comer en abundancia un determinado alimento, sino simplemente procurar que se respete cada grupo de la pirámide alimentaria”.

¡En la alimentación, como en todo, no existe una receta milagrosa!

Para no perderse nada

Si ya te gustan los superalimentos, simplemente debes saber dar un paso atrás y ver qué son realmente: buenos alimentos, sí, pero no los únicos. “Siempre es bueno interesarse por los superalimentos y aprender sobre nutrición y dietética.underlines Yasmina Zalla. Esto nos anima a variar nuestra dieta y a enriquecer nuestros conocimientos para cuidar mejor nuestro plato. Simplemente tiene que seguir siendo una herramienta, no un fin en sí mismo”.

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Encontrando tus contribuciones

Dependiendo de lo que estés buscando, es posible que encuentres algunos sustitutos de los “superalimentos”. ¿Quieres…

Antioxidantes Los encontrarás en semillas, cúrcuma, espirulina, semillas oleaginosas y arándanos, pero también en frutas y verduras, cereales integrales, miel, té verde y frutos secos.

Omega 3 ? Las semillas, semillas oleaginosas y bayas de açai se pueden sustituir por frutos secos y aceites vegetales.

Hierro ? Las espinacas no son la única fuente de hierro. ¡Come lentejas, legumbres o carne!

¿Calcio? Las semillas de sésamo son excelentes, pero el calcio también se puede encontrar en los productos lácteos o en ciertas verduras, como la col rizada.

TIENE ¿antibacteriano? ¡La miel y el ajo abundan, pero también las cebollas y las chalotas!

¿Proteínas? Centrarse en carnes, huevos, frutos secos y proteínas vegetales, pero combinadas con cereales, ya que de lo contrario el organismo no los asimila bien.

“También debes saber que muchas frutas y verduras contienen un cóctel de buenos nutrientes, recuerda Valérie Pierart. Vitaminas, hierro, potasio, calcio, fibra dietética, antioxidantes, etc. No debemos dudar en consumirlos en cantidad, lo menos procesados ​​posible”.

Además, aconseja centrarse en la ingesta más que en la comida y evitar los complementos alimenticios sin ningún motivo concreto. “El problema es que hay poca legislación y a veces la gente los toma de todas formas. Hay que estar vigilado, sobre todo porque si se lleva una dieta variada y equilibrada, ningún complemento alimenticio está recomendado sin motivos médicos. Aparte de tomar vitamina D y vigilar las carencias de hierro, que son habituales entre vegetarianos, veganos o personas anémicas, hay que seguir sencillamente (y sobre todo) la pirámide alimentaria”.

Una apuesta segura: la pirámide

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