Todo se produce a nivel de dos marcadores sanguíneos, el péptido beta-amiloide y la proteína Tau fosforilada, que se sabe que se acumulan en el cerebro de los pacientes con Alzheimer. Tras varios años de práctica clínica, el profesor Sylvain Lehmann detectó una alta concentración de estos biomarcadores en la sangre de un gran grupo de personas que ya padecían la enfermedad, lo que validó la posibilidad de un diagnóstico mediante un análisis de sangre.
Para detectar estas proteínas, este laboratorio recibe muestras de sangre extraídas después de que el paciente haya comunicado a su médico los primeros síntomas de problemas de memoria. Estas muestras de sangre se envían al analizador. Los resultados se obtienen en 30 minutos.
Este nuevo análisis de sangre ofrece un método menos invasivo que la punción lumbar, que puede evitarse en un cierto número de casos.
Este laboratorio pionero de Montpellier espera recibir varios miles de análisis al año antes de ver en el futuro que otros centros realicen estas pruebas.
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