lo esencial
Una de las principales causas de las partículas finas cancerígenas, ¿podría algún día prohibirse en Toulouse la calefacción a leña, como ya ocurre en las grandes ciudades extranjeras? Atmo Occitanie, el organismo de vigilancia de la calidad del aire, ofrece motivos de reflexión.
Bajo la bóveda rosa de ladrillos de Toulouse, un flagelo invisible envenena la vida cotidiana: la contaminación del aire. A pesar de los notables esfuerzos, la capital occitana sigue enfrentando niveles preocupantes de micropartículas. Este desafío medioambiental da lugar a fuertes tensiones, particularmente en torno al establecimiento de una Zona de Bajas Emisiones (ZFE) más estricta. Actualmente, los vehículos Crit’Air 3 todavía pueden circular por la metrópoli, una medida considerada insuficiente por muchos expertos. Según Atmo Occitanie, casi el 63% de los habitantes de las grandes ciudades de la región, incluida Toulouse, siguen respirando aire que supera los objetivos de calidad para el polvo fino PM2,5.
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Estos contaminantes invaden los pulmones de más de 1,5 millones de habitantes. Desde 2010 se ha demostrado científicamente su carácter cancerígeno. En invierno, las estufas de leña siguen siendo uno de los principales contribuyentes a estas emisiones en la región de Toulouse. ¿Deberían prohibirse estos aparatos de calefacción (excepto los modernos aparatos de pellets)? Tabú desde hace mucho tiempo, esta pregunta ahora es esencial.
El 52% de las partículas finas proceden de la calefacción con leña.
En la metrópoli, alrededor de 35.000 hogares se calientan con leña, que representa la principal fuente de emisiones de partículas finas. En 2023, la calefacción de leña fue responsable del 52% de las emisiones de partículas finas, principalmente de equipos antiguos, como las chimeneas abiertas.
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“Montreal ha decidido prohibir completamente los sistemas de calefacción de leña para limitar las emisiones de polvo fino. Londres sigue un camino similar”, informa Dominique Tilak, director general de Atmo Occitanie. Una medida de este tipo, si se adopta, podría provocar acalorados debates, aunque los estudios confirman que la reducción significativa de las micropartículas reduce claramente la mortalidad.
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Entre 2009 y 2019, las concentraciones anuales de micropartículas PM2,5 disminuyeron un 40% en la región, una mejora notable en comparación con otro tipo de contaminantes. Este progreso ha tenido un efecto tangible en la salud pública: entre los mayores de 30 años, la tasa de muertes relacionadas con la exposición prolongada cayó un 54%, de 159 muertes por 100.000 habitantes en 2009 a 73 en 2019. Sin embargo, persisten muchos desafíos. Si las concentraciones medias de PM2,5 alcanzaran los valores recomendados por la OMS (5 μg/m³), se podrían evitar casi 73 muertes cada año por cada 100.000 habitantes entre los mayores de 30 años.
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Atmo Occitanie ha iniciado un estudio similar sobre los disruptores endocrinos, moléculas que interfieren en el sistema hormonal humano. Estas sustancias, presentes en el aire, pueden proceder de pesticidas, plásticos o determinados procesos industriales.
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Para llevar a cabo su labor, la institución eligió cinco emplazamientos en Occitania: dos en zonas urbanas (Toulouse y Montpellier), dos en zonas agrícolas (incluida una región vinícola) y un antiguo emplazamiento industrial. “Queremos comprender la distribución de estos contaminantes en función del medio ambiente”, explica Dominique Tilak. Los datos sobre disruptores endocrinos son complejos de analizar. Las primeras conclusiones no estarán disponibles hasta 2026, pero deberían informar a las comunidades sobre las acciones a tomar.
El incinerador Mirail bajo vigilancia
La planta incineradora de residuos domésticos de Mirail, gestionada por SETMI, está sujeta a un cuidadoso seguimiento en cuanto a su impacto en la calidad del aire circundante. Una reciente campaña de medición de ATMO, llevada a cabo en 2023 en la universidad Saint-Simon, proporciona elementos tranquilizadores, al tiempo que subraya la necesidad de un seguimiento riguroso. La campaña evaluó las concentraciones de varios contaminantes del aire, incluidas partículas finas (PM10), óxidos de nitrógeno (NOx) y compuestos orgánicos volátiles (COV). Los resultados muestran que los niveles medidos respetan los umbrales regulatorios europeos. Sin embargo, “es fundamental mantener estos análisis para detectar cualquier variación que pueda afectar a la salud de los vecinos de la zona”, especifica el informe. El estudio también incluyó análisis de dioxinas y metales pesados. Los resultados confirman una gestión conforme a las normas medioambientales, pero destacan las variaciones estacionales debidas a las condiciones climáticas locales.