Varias tazas al día son perjudiciales para el corazón.
Largo o apretado, negro, dulce o crema, el café es una bebida que divide: a algunos les encanta y no pueden prescindir de él, otros lo odian. A nivel de “salud”, también divide. Los estudios muestran beneficios cuando se consumen con moderación, otros señalan daños en caso de exceso, especialmente para el estómago o el sueño. Recientemente, investigadores de la Universidad de Galway (Irlanda) demostraron que el consumo frecuente de café también puede estar asociado con un mayor riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular.
Un derrame cerebral ocurre cuando se interrumpe el suministro de sangre a una parte del cerebro y daña las células cerebrales. La cafeína tiende a aumentar la presión arterial en las arterias y perjudicar su flexibilidad, promoviendo a largo plazo la aparición de hipertensión arterial, principal factor de riesgo de enfermedad cardiovascular. Para determinar la cantidad de café perjudicial para el corazón, los investigadores analizaron la salud cardiovascular y el consumo de bebidas calientes (en particular, café y té) de una gran cohorte de 27.000 personas de 27 países seguidas durante 7 años. Entre ellos, 13.500 personas, o la mitad, ya habían sufrido un derrame cerebral.
Los investigadores demostraron que las personas que consumían más de 4 tazas de café al día (tipo espresso, con 100 mg de cafeína por taza) tenían un 37% más de riesgo de sufrir un derrame cerebral en comparación con las personas que consumían menos, informan en el estudio.‘Revista Internacional de Accidentes Cerebrovasculares. Por otro lado, el consumo diario de té mostró un efecto cardioprotector. Las personas que consumían de 3 a 4 tazas de té negro al día, incluidos los tés de desayuno y Earl Grey, tenían un riesgo un 29 % menor de sufrir un derrame cerebral. Aquellos que consumían de 3 a 4 tazas de té verde al día tenían un 27% menos de riesgo de sufrir un derrame cerebral. La reducción del riesgo de accidente cerebrovascular se revirtió en las personas que bebieron té con leche (ya que la leche puede reducir o bloquear los efectos antioxidantes del té).
“Uno de nuestros principales objetivos es proporcionar información sobre cómo reducir el riesgo de sufrir un ictus. Aunque la hipertensión es el factor de riesgo más importante, nuestro riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular también se puede reducir mediante elecciones de estilo de vida saludables en la dieta, actividad física y elecciones saludables en el consumo diario de bebidas.“, concluye el profesor Martin O’Donnell, autor principal del estudio que es, hasta la fecha, uno de los mayores estudios internacionales sobre los factores de riesgo de accidente cerebrovascular.
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