A pesar de varios brotes de gripe aviar en Quebec este otoño, el más reciente de los cuales provino de una granja de patos, a los criadores de esta especie en Charlevoix no les preocupa que la enfermedad afecte su producción.
No hay peligro para Ambrosia Farm, que cría patos criollos en los pastos, ya que simplemente no tiene ninguno durante esta época del año. “Empezamos a criar en mayo, salen en junio y terminamos a finales de octubre”, explica el copropietario Aleck Vitam.
El criador de Saint-Hilarion también precisa que, aunque tenga patos durante todo el año, las aves migratorias no se detienen en su zona. “Buscan masas de agua, por ejemplo, a lo largo del río o del lago Pikauba. »
La preocupación por la gripe aviar se siente más en la Ferme Basque de Charlevoix, en Saint-Urbain. “Actualmente no tenemos patos afuera, pero por lo demás están completamente expuestos. En otoño, el clima es favorable para la eclosión. La ecuación sigue ahí para el virus”, reconoce Vicky Boily, copropietaria.
“Si se produce un caso de gripe aviar, no tenemos margen de maniobra”, continúa. “La Ferme Basque es un único criadero. En caso de que se produzca un caso, deberán sacrificarse todos los patos. » La granja cría 6.000 patos al año, con rotaciones, y mantiene hasta 2.000 en el mismo período.
“Pero el pato es resistente y no contrae tantas enfermedades. Y los casos de gripe son menores que en los dos últimos años”, asegura Vicky Boily que, junto con su socio Philippe Dorval, han decidido ser proactivos en la gestión de riesgos.
“Estamos invirtiendo, renovamos el interior del edificio durante todo el verano. Todo es lavable, desinfectable, la entrada es biosegura. Si entran bacterias, podemos limpiar rápidamente”, afirma el copropietario.
En la primavera de 2025, la empresa instalará una cúpula equipada con una lona anti-UV para instalar sus patos en el exterior. “Estarán menos expuestos al sol, a los depredadores y a las infecciones”, concluye Vicky Boily.