Esto es lo que pasa en la cabeza de un hombre cuando le pones celoso, es muy mala idea.

Esto es lo que pasa en la cabeza de un hombre cuando le pones celoso, es muy mala idea.
Esto es lo que pasa en la cabeza de un hombre cuando le pones celoso, es muy mala idea.
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Mejor no jugar con fuego…

¿Podemos realmente fortalecer una relación despertando los celos de nuestra pareja? Esta pregunta está en el centro de un estudio reciente dirigido por Gurit Birnbaum, profesora de psicología, y su equipo. Poner celoso a tu pareja, una estrategia que se suele utilizar para llamar su atención o reavivar la pasión, no es raro ni nuevo. Muchos lo han probado con la esperanza de generar interés o agregar sabor a su relación. ¿Pero es realmente eficaz?

Investigadores de la Universidad Reichman en Israel y la Universidad de Rochester en Estados Unidos destacan por primera vez el impacto de los celos al inicio de una relación. Cuando la relación está en su infancia, ver a su pareja atraer la atención de otras personas genera interés. Este fenómeno, que los investigadores denominan “copia de elección de pareja”, se observa también en otras especies y se basa en un mecanismo psicológico simple: si una persona es codiciada por los demás, parece de gran valor. En este contexto, despertar los celos de la pareja puede, inicialmente, validar la elección y estimular el deseo. “Los celos, cuando los despierta una persona externa, pueden inicialmente fortalecer la atracción, especialmente en las primeras etapas de la relación”. explica el estudio.

Pero la situación cambia una vez establecida la relación. En lugar de despertar el deseo, el interés mostrado por terceros hacia la propia pareja suscita una inseguridad cada vez mayor. Como señala el estudio, este cambio de valoración a amenaza se convierte en un veneno que erosiona la confianza dentro de la pareja. Los investigadores realizaron tres experimentos con 244 parejas heterosexuales, incluida una sesión de realidad virtual. En uno de los experimentos, los participantes observaron que se acercaban a su pareja virtual en un bar. En cada etapa, se les pidió que calificaran su nivel de deseo, su apego a su pareja y sus sentimientos hacia rivales potenciales. En última instancia, el estudio demostró que ver a su pareja actual recibiendo atención romántica no solicitada o insinuaciones de otra persona puede reducir su deseo por ella, debilitar el vínculo romántico y reducir el deseo de invertir en la relación, ya que existe el riesgo de perder al otro. Se establece una distancia emocional para protegerse de un posible sufrimiento. Esto puede explicar por qué uno de los miembros de la pareja no reacciona a los intentos de celos del otro.

Según el equipo de Birnbaum, esta respuesta defensiva tiene como objetivo minimizar el dolor y la frustración potenciales en caso de que el temor de perder a la pareja se haga realidad. “Al observar cómo cortejan a su pareja, anticipan el dolor y eligen tomar distancia emocional para preservarse”. explican los investigadores. Estos resultados envían un mensaje claro a quienes considerarían jugar la carta de los celos para reavivar la llama: es más probable que esta técnica cree tensión y debilite la relación que que despierte un interés real.

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