La “airfryer” es un aparato de cocina que permite freír alimentos (patatas, pescado, carne, etc.) sin utilizar aceite de cocina, sino mediante la convección de aire caliente.
Pero si permite el uso de menos grasas, no sólo tendría beneficios para la salud. Un estudio descubierto por Doctissimo muestra que el dispositivo provoca una mayor formación de acrilamida, un compuesto posiblemente peligroso para la salud humana, durante la cocción de ingredientes con un alto contenido de almidón.
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Un estudio sobre tres métodos de cocción
Este estudio realizado por científicos turcos de la Universidad Gazi en Ankara analizó trozos de patatas (previamente enjuagadas con agua o remojadas en ella), que luego se cocinaron de tres maneras diferentes: fritas en aceite, cocidas en la airfryer y horneadas en el horno.
Sus resultados muestran que cocinar patatas fritas en una freidora alcanza los 12,19 μg/kg de acrilamida, frente a los 8,94 μg/kg de freír en aceite y los 7,43 μg/kg de cocinar en el horno.
Los investigadores también observaron que las patatas que se han remojado en agua tienen un nivel más bajo de acrilamida en todos los métodos de cocción.
¿Qué es la acrilamida?
Según la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), “la acrilamida es una sustancia química que se forma naturalmente en los alimentos con almidón durante los procesos de cocción a alta temperatura, incluidos freír, hornear, asar y el procesamiento industrial a más de 120°C y baja humedad”.
Es esta reacción química la que da a los alimentos este color dorado y afecta su sabor.
La acrilamida está presente en productos como patatas fritas, patatas fritas, pan, galletas o café, por ejemplo. Se detectó por primera vez en abril de 2002, pero es probable que haya estado presente en nuestros alimentos desde que empezamos a cocinarlos.
EN 2015, la EFSA publicó una evaluación de riesgos asociados con la acrilamida en los alimentos, donde los expertos concluyeron que este componente aumenta potencialmente el riesgo de cáncer en consumidores de todas las edades.
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Después de ser ingerida, la sustancia se absorbe a través del tracto gastrointestinal, se distribuye a todos los órganos y luego se metaboliza. El resultado es la gliciamida (una sustancia cancerígena), responsable de mutaciones genéticas y tumores observados en animales según la EFSA.
¿Qué recomendaciones?
Los científicos turcos advierten sobre los niveles de acrilamida que producen las freidoras. Usar el horno es la forma que menos produce acrilamida para cocinar estos alimentos ricos en almidón.
Remojar tus alimentos durante 15 a 30 minutos (como las patatas) también te permite bajar significativamente el nivel de esta sustancia, ya que este paso reduce la concentración de almidón.