AI-STtroke, una start-up innovadora con sede en Montpellier, ha dado un paso importante en su desarrollo creando un gran juego datos para el prediagnóstico del ictus. En colaboración con el Hospital Universitario de Nîmes, la empresa filmó 300 pacientes en la fase aguda del ictus, generando así 20.000 vídeos y 6 millones de imágenes. Estos recursos permiten que su inteligencia artificial se entrene y obtenga resultados prometedores en la detección de ictus. Este proyecto ilustra el compromiso de AI-Stroke de utilizar datos reales para entrenar su IA, aumentando así la precisión del diagnóstico.
Los trazos representan la segunda causa de muerte en todo el mundo, afectando a millones de personas cada año. Las víctimas pierden en promedio 2 millones de neuronas cada minuto en caso de accidente. Según un estudio, los pacientes que llegan a urgencias dentro de las tres horas siguientes a la aparición de los primeros síntomas tienen menos discapacidad tres meses después del ictus. Estas estadísticas resaltan la importancia crítica de la detección temprana y la intervención rápida, que pueden mejorar significativamente los resultados de los pacientes.
Retos a superar para la detección temprana
La urgencia de una intervención rápida es obvia, pero la realidad presenta muchos obstáculos. Muchos accidentes cerebrovasculares ocurren fuera de los hospitales, lo que complica la atención inicial. De hecho, la variabilidad de los síntomas de un paciente a otro dificulta el diagnóstico. Los bomberos y los trabajadores de emergencia, que suelen ser los primeros en responder, no siempre cuentan con las herramientas necesarias para diagnosticar eficazmente los accidentes cerebrovasculares. Casi el 40% Los casos de accidente cerebrovascular escapan a los primeros auxilios, y un estudio estadounidense encontró que 22% de los accidentes cerebrovasculares no se detectan durante las visitas a la sala de emergencias.
“Cuidar a un paciente dentro del período clínico de atención (un máximo de 4 a 6 horas después de los primeros síntomas) es un verdadero desafío”, subraya Eric Thouvenot, profesor universitario y médico hospitalario (PUPH) en neurología en el Hospital Universitario de Nimes. “Estamos convencidos de que la solución desarrollada actualmente por AI-Stroke proporcionará una respuesta satisfactoria a uno de los principales desafíos en la atención del ictus: la capacidad de respuesta. »
Un neurólogo digital al alcance de todos
AI-Stroke ha diseñado una inteligencia artificial que funciona como un neurólogo digitallo que permite un diagnóstico previo antes del examen formal por parte de un médico. Durante la primera valoración, el neurólogo pide al paciente que realice algunos ejercicios sencillos, como “sonríe mucho”, “levanta ambos brazos” o “repite estas pocas frases”. Estos gestos permiten comprobar la presencia de los principales síntomas característicos del ictus, en particular deformidad de la boca, debilidad en un lado del cuerpo y problemas del habla.
Para establecer un diagnóstico con una precisión comparable, incluso cuando no hay un neurólogo disponible cerca, AI-Stroke ha desarrollado una inteligencia artificial que puede integrarse en una tableta o teléfono inteligente. Durante la evaluación, la IA filma al paciente mientras realiza estos ejercicios y luego analiza los videos comparándolos con los 6 millones de imágenes ya recopilados durante la creación del conjunto de datos. Luego, la IA puede indicar si las reacciones del paciente son consistentes con un derrame cerebral, proporcionando una primera evaluación crucial.
El objetivo a largo plazo es integrar esta tecnología en las tabletas utilizadas por los bomberos durante sus intervenciones. Esto comunicaría información esencial a los hospitales, facilitando la rápida derivación de pacientes a uno de los 150 centros especializados en ictus presente en el territorio. De este modo, esta innovación podría reducir el precioso tiempo perdido hasta el diagnóstico final del neurólogo.
“Ahora que disponemos de un conjunto de datos muy importante, podemos centrar todos nuestros esfuerzos en entrenar nuestra IA, cuyos primeros resultados son más que alentadores”, afirma Cédric Javault, director general de AI-Stroke.
La IA ya puede diagnosticar un accidente cerebrovascular en 74% de los casosy el rendimiento continúa mejorando con cada nuevo dato integrado. Cuantos más datos consiga recopilar AI-Stroke, más aumentará la precisión, hasta volverse tan precisa como la de un neurólogo experto.
Hacia los ensayos clínicos y el marketing
AI-Stroke planea lanzar los primeros ensayos clínicos en 2025un paso crucial antes de la comercialización planificada de aleta 2026. La integración de la IA en el proceso de detección de accidentes cerebrovasculares podría revolucionar la forma en que se diagnostican y tratan los accidentes cerebrovasculares, proporcionando una respuesta rápida y eficaz a las víctimas de accidentes cerebrovasculares.
La start-up se posiciona así como un actor clave en la lucha contra el ictus, combinando innovación tecnológica e imperativos de salud pública. Los resultados obtenidos hasta la fecha refuerzan la esperanza de una detección precoz y un mejor tratamiento del ictus, contribuyendo a reducir las secuelas neurológicas de los pacientes.