El consumo de antibióticos ha disminuido en Francia en 2023 en la medicina comunitaria después de dos años de recuperación, anunciaron el miércoles las autoridades sanitarias, que pidieron que se sigan realizando esfuerzos para reducir su uso aún excesivo. “Después de dos años consecutivos marcados por un aumento del uso de antibióticos, las cifras de 2023 se inscriben en la tendencia de descenso moderado pero constante observada antes de la pandemia de Covid-19, desde 2013”, según un estudio anual de Public Health France ( SPF) a partir de datos sobre reembolsos de la Seguridad Social.
Esta evolución es perceptible en las prescripciones (820,6 por 1.000 habitantes en el año, es decir, un -0,2% respecto a 2022) y en el consumo (-3,3% en un año de dosis diarias por 1.000 habitantes). Tras una tendencia a la baja durante varios años y una caída del consumo de antibióticos al inicio de la pandemia de Covid, en 2021 se produjo una recuperación que se intensificó en 2022.
Francia, un mal estudiante en Europa
Si el descenso en 2023 es “un signo alentador”, Francia está “todavía lejos del objetivo de menos de 650 recetas por cada 1.000 habitantes al año”, comentó el Dr Caroline Semaille, directora general de Salud Pública de Francia, citada en un comunicado de prensa, insiste en la necesidad de una “mejor sensibilización” siempre.
Francia sigue siendo uno de los países con peores resultados en Europa, ocupando el quinto lugar entre los países con mayor consumo de antibióticos per cápita. Y las disparidades en la prescripción y el uso de estos tratamientos siguen siendo “fuertes según la edad, el sexo y los territorios”, señaló la agencia sanitaria. Así, 2023 marcó una disminución entre los niños menores de cinco años (con recetas incluso ligeramente inferiores al nivel de 2019), una estabilización entre los niños de 15 a 64 años y un aumento entre los mayores de 65 años.
Córcega y Paca, mayores consumidores
El consumo también siguió siendo más alto en general entre las mujeres que entre los hombres, y en determinadas regiones, como Córcega y Paca. Si los médicos generales, origen de la inmensa mayoría de las prescripciones de antibióticos, redujeron sus prescripciones en 2023 (-1,3%), los especialistas (+4,6%) y los dentistas (+1,4%) utilizaron estos tratamientos más que en 2022.
Tres familias de antibióticos, la amoxicilina, la combinación de amoxicilina y ácido clavulánico y los macrólidos, fueron los más administrados. Reducir el consumo de antibióticos es un objetivo de las autoridades sanitarias de todo el mundo, principalmente para frenar la aparición de bacterias cada vez más resistentes.
A partir del 18 de noviembre, Public Health France retransmitirá la campaña “Antibióticos, cuidarse es primero utilizarlos bien”, para subrayar que su uso, por consejo médico, sólo es útil en casos de infecciones bacterianas, no víricas.
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