Es un pequeño arbusto de flores blancas y frutos rojos con un nombre poético que tiene muchas virtudes terapéuticas.
Apodada “la planta del corazón”, el espino es un precioso aliado natural para prevenir y tratar los trastornos cardiovasculares.
También está indicado para reducir el nerviosismo, la ansiedad y los trastornos leves del sueño.
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Bien en su cuerpo, bien en su cabeza.
Utilizado durante siglos en la medicina tradicional, el espino tiene muchas propiedades terapéuticas. Apodada “la planta del corazón”, es reconocida por sus propiedades sobre el sistema cardiovascular. Los romanos y los griegos consumían sus bayas y flores para tratar diversas afecciones de salud. En la medicina china, el espino también es reconocido por sus beneficios a nivel digestivo. En la Edad Media se consideraba un tónico. En Europa, el pequeño arbusto de flores blancas y frutos rojos se utiliza para tratar las palpitaciones, la hipertensión y la debilidad cardíaca.
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Los beneficios del espino para el corazón.
El espino es muy rico en compuestos activos, incluidos flavonoides, taninos, ácidos fenólicos, vitamina C y proantocianidinas. “Se cree que estas sustancias son responsables de los efectos positivos del espino en el corazón.“, explica Vidal. Estas moléculas actúan en sinergia para mejorar la función cardíaca. “Una decena de estudios clínicos controlados con placebo, en los que participaron mil pacientes, parecen confirmar los efectos positivos de los extractos de espino sobre el funcionamiento del corazón en personas que padecen insuficiencia cardíaca moderada (por ejemplo, personas mayores cuyo corazón está cansado), además de la tratamientos habituales“.
El espino tiene un efecto hipotensor, ayuda a reducir la presión arterial en pacientes que padecen hipertensión. También promueve una mejor circulación sanguínea al aumentar el suministro de oxígeno al corazón y los órganos. El espino favorece la estabilización del ritmo cardíaco y reduce la frecuencia de las palpitaciones. La Agencia Europea de Medicamentos reconoce que el uso de extracto de espino para “aliviar los síntomas de las alteraciones temporales del ritmo cardíaco causadas por el nerviosismo en adultos” más “sólo cuando un médico haya excluido la posibilidad de trastornos más graves“.
Finalmente, gracias a su acción calmante sobre el sistema nervioso, el espino es conocido por calmar la irritabilidad y la ansiedad y también está indicado en casos de trastornos del sueño en adultos y adolescentes mayores de doce años.
¿Cómo utilizar el espino?
Se puede encontrar en diferentes presentaciones: cápsulas, comprimidos, extractos estandarizados o incluso infusiones. Tradicionalmente el espino se consume en forma de infusión. Vidal recomienda: “tome una o dos cucharaditas de flores secas de espino en una taza de agua hirviendo hasta cuatro veces al día“. Y añade: “Son necesarias al menos seis semanas de tratamiento ininterrumpido antes de que se sientan los efectos positivos del espino.“.
Generalmente bien tolerado, no se conocen contraindicaciones para el uso del espino. Sin embargo, “Las personas que padecen problemas cardíacos, incluso leves, deben consultar a su médico antes de decidirse a tomar productos de espino.“, leemos en el sitio web de Vidal. Por tanto, es preferible consultar a un médico antes de consumirlo. Además, se debe evitar el espino en mujeres embarazadas y en período de lactancia y la OMS no recomienda el uso de extracto de espino en niños sin consejo médico previo.