La Liga Nacional de Rugby levantó recientemente el velo sobre la primera evaluación de los JIFF (Jugadores de las Ramas de Entrenamiento) para la temporada actual. Después de nueve días del Top 14, llega el momento de hacer balance de los buenos alumnos, los tontosy los que coquetean con la zona roja. Spoiler: la Sección Paloise está a la cabeza, pero algunos clubes deberán tener cuidado si no quieren recibir sanciones.
Las reglas del juego: cuotas a respetar
Los 14 mejores clubes están sujetos a un promedio mínimo de 16 JIFF por acta de partido durante toda la temporada. Los ascendidos se benefician de un impulso en su integración, con una media reducida a 14 durante el primer año. Por el contrario, una media igual o superior a 17 da derecho a una recompensa económica.
¿Y por qué implementaron esta política de JIFF? El objetivo es simple: promover los talentos de los centros de formación y proteger el ADN del rugby francés.al tiempo que anima a los clubes a dar una oportunidad a los jóvenes en lugar de reclutar mercenarios extranjeros.
En lo más alto del rankingla Sección Paloise puede sacar pecho con una media de 18,78 JIFF por partido. Un bonito resultado que demuestra el deseo del club bearnés de centrarse en la juventud. Justo detrás, Toulouse (18,67) y Bordeaux-Bègles (18,56) confirman su apuesta por los jugadores del sector francés.
El ascendido Vannes también respira. Con una media de 14,56 JIFF, los bretones respetan perfectamente la norma relajada concedido a ellos. Una actuación notable para un equipo que tuvo que afrontar una contratación exprés este verano.
Los buenos estudiantes son buenos, pero ¿quiénes son los rezagados? Algunos clubes ya están jugando con fuego. Toulon, por ejemplo, se ha recuperado y ahora tiene una media de 16,56. No hay motivo para dormirse en los laureles, pero el RCT parece estar en el camino correcto.
La Rochelle (16,11), Montpellier (16,33) y Racing 92 (16,89) también deberán seguir de cerca su media. Uno o dos adictos podrían empujarlos por debajo del fatídico umbral, sinónimo de posibles sanciones.
En cuanto a Pro D2, los resultados son igualmente reveladores. Aurillac, Dax y Valence-Romans dominan la clasificación, mientras Béziers (15,56) y Brive (15,89) sacan la lengua. A estos últimos les interesa volver a movilizarse rápidamente para evitar decepciones.
Entre la estrategia y la necesidad
La obligación de presentar JIFF empuja a los clubes a hacer malabarismos entre la competitividad inmediata y la preparación para el futuro. Si algunos, como Burdeos o Toulouse, demuestran que es posible triunfar en el deporte respetando las cuotas, otros luchan por encontrar el equilibrio.
Esta norma también plantea dudas: ¿deberían reducirse las cuotas para los clubes que participan en Europa? ¿Cómo tener en cuenta las lesiones? Lo cierto es que provoca reflexión y, en ocasiones, algunos quebraderos de cabeza en los despachos de los directivos.
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