Las imágenes son impactantes, ya sea que estés en el Stade de France o frente a tu televisor. El sábado pasado, en un Estadio de Francia sumido en la oscuridad, donde los destellos de los teléfonos brillaban en las gradas, los neozelandeses, en un rectángulo de luz dirigido a ellos, realizaron el haka. Los otros focos se centran en los Bleus, en fila, a unos veinte metros de Rieko Ioane y sus compañeros. La escenografía, que es la misma durante los himnos, la emoción de un Marsellesa que también termina a capella, es una nueva y exitosa incorporación a esta gira de noviembre.
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