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ECA. Jiuta Wainiqolo, “Ferrari” en la remontada

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Dedos apuntando al cielo. Creyendo en lo eterno, Jiuta Wainiqolo acaba de realizar un auténtico milagro sobre el césped de Mayol.

Incluso si prefiere reírse de ello diciendo que “Celebra a Messi”el equilibrista de Fiji da gracias a Dios. El que tiene “dada la fuerza para ir tan rápido”.

Recordatorio de los hechos. Jugamos el 81mi minuto. Ya ha sonado la sirena. Toulon lidera 25-17 y le queda poco que ganar. Ni siquiera nada. Sin embargo, cuando el extremo (con dificultad) recupera el balón en la línea media, ocurre la magia.

Dominado, lanza la máquina. Once segundos después y nueve defensores más derrotados, Jiuta Wainiqolo se desplomó en la portería, exhausto. Levantado por sus compañeros, celebró en un Mayol hirviendo, gritando su nombre.

Pero en el fondo, este renacimiento inesperado, surgido de la nada, sólo podía venir de él. ¿Sabía lo que iba a hacer? El principal interesado responde, con una amplia sonrisa: “En esta acción, imagino que no mucha gente, en el campo o en las gradas, imaginaba que iba a marcar. Además, incluso yo mismo dije que era poco probable, pero quería aprovechar mi oportunidad (risas). ” ¡Y al final lo hizo bien!

¿Qué pensó su amigo y compañero de equipo, Setariki Tuicuvu, que empezó en la otra banda? Él también, en zona mixta, se ríe… y le rinde todo un homenaje: “Lo veo levantarse de mi lado y me digo “Dios mío”… estaba muerto. ¡Fatiga! Quería que diera en el blanco. Al final hizo “Jiuta”. Vence a todos los defensores. Intenté seguirlo pero iba demasiado rápido. En esta prueba me dije: “¡Está bien, hemos encontrado nuestro Ferrari!”.

“Cuando juego en Mayol la vida se vuelve mágica”

Foto Frank Müller.

Entonces sí, contra Montpellier, Jiuta Wainiqolo no lo hizo todo bien. Como cuando puso el pie en la línea en una expulsión, o cuando concedió un toque fatal desde cinco metros de distancia. Pero demostró ser ese jugador eléctrico y esquivo.

Con 19 defensores derrotados, era sencillamente insostenible. Sus compañeros sobre el terreno de juego pueden dar fe de ello. Teddy Baubigny comenta: “¡Tiró desde todas partes! Su último intento… No tengo ni palabras. Viene de otro planeta. Estoy en medio del campo, tengo la impresión de que lo van a taclear cuatro veces y cada una”. momento en el que pasa. Puso mucho corazón en este partido”.

Ante la prensa, Antoine Frisch admitió, asombrado, que ciertamente no había “Nunca jugué con un tipo así en el campo”. Y en el vestuario no dudó en decírselo. Jiuta Wainiqolo dice: “Los muchachos estaban felices, me tomaron en brazos. [Frisch] me dijo “Pero hombre, ¿pensaste que estabas en un videojuego o algo así?”

Con su brillante actuación en ataque, el internacional de Fiji (25 años, 11 partidos internacionales) recordó sobre todo a todo el planeta ovalado que para él, más que para nadie, este deporte es un juego. “Jugar al rugby es lo que más amo en la tierra”.

Y para detallar su relación tan especial con Toulon: “Cuando juego en Mayol, la vida se vuelve mágica para mí. Hay algo diferente aquí. Corro más rápido, mis ganchos son más efectivos. No sé cómo explicarlo. Y veo claramente, en la mirada de los oponentes, que Realmente no saben adónde voy. Además, mis compañeros de equipo tampoco siempre saben adónde voy (risas)”.

Tan sorprendente como desestabilizador, Jiuta Waiqolo es ese factor X que, un poco acertado y en pleno dominio de sus medios, no puede dejar una hoja de partido.

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