Obviamente tranquilizadora y atractiva con vistas a densificar el centro del campo francés, esta asociación aún debe encontrar puntos de referencia más comunes para ganar fuerza.
Era una pregunta del domingo, al día siguiente de la prestigiosa victoria contra los All Blacks: ¿qué par de cruces contra Argentina, a finales de otoño? Después de la reducción de la sanción a Yoram Moefana, que le hacía elegible para la recepción de Japón, fue propulsado directamente a la posición inicial junto a… Émilien Gailleton, provocando la degradación de Gaël Fickou. Nunca durante la era Galthié este último había ocupado un lugar en el banquillo antes de ese día. Le Palois estuvo a su favor, incluso anotó su primer try internacional, pero fue Fickou quien vistió el número 13 contra Nueva Zelanda.
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Porque su experiencia y su perfil le hacen evidentemente muy tranquilizador en las grandes reuniones. Demostrando de paso que, aunque quizás ya no tenga el tótem de la inmunidad, sigue siendo el jefe del centro del campo (al menos en ausencia de Nicolas Depoortere, cuya evolución tendremos que seguir de cerca cuando regrese de una lesión). “Me siento bien, tengo mucha energía y estoy al servicio del equipo”dijo entonces. ¿La otra lección? Jonathan Danty fuera de carrera o casi, Moefana emerge como la solución preferida en la primera posición central. También hay una forma de lógica dado su poder y su margen de mejora en la capacidad de hacer que la gente juegue a su alrededor. Es evidente que este dúo ofrece garantías evidentes, sobre todo en defensa, en el gran escenario.
Galthié satisfecho con la asociación
¿El problema? El hecho es que el pasado sábado la asociación todavía dejó hambrientos a muchos observadores. Para ser más precisos, si Fickou anotó un resultado muy sólido y recordó su hoja de servicio a este nivel, Moefana apareció en mayor dificultad, con seis entradas fallidas (de once intentadas) y sólo tres metros ganados. Lo que se hace eco de su actuación ya mixta contra los mismos oponentes, la última vez que estuvo asociado con el Racingman en el centro, en el partido inaugural de la Copa del Mundo, cuando su ascenso suicida al punto le había costado la entrada al try.
¿Cómo explicarlo? Hoy es necesario afinar la conexión entre los dos hombres para que Moefana encuentre la misma complementariedad con Fickou que con Depoortere en la UBB y juegue más liberado. Cuando se le preguntó si estaba satisfecho con su dúo, Galthié fue categórico: “Ampliamente. Enfrente, estaba la mejor pareja de centrales del mundo. (Jordie Barrett y Rieko Ioane, nota del editor), quien lleva seis meses asociado y trece partidos. Para Yoram y Gaël fue la primera asociación del año, después de tres semanas de trabajo. En este contexto, frente a jugadores que jugaron juntos la final del Mundial y que tienen – diría – una treintena de partidos en común, digo que sí. Sin duda, cuando vemos la diferencia en la experiencia colectiva y la preparación del equipo”. Todos comprenderán mejor por qué, por lo que sabemos, la reelección de Moefana y Fickou ni siquiera se ha discutido en la dirección. Esperando que las afinidades se intensifiquen.
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