La Agrupación Nacional de Marine Le Pen, que se enorgullece de su papel de árbitro, ha emitido este fin de semana opiniones vagas sobre el gobierno del nuevo primer ministro Michel Barnier, entre promesas de no participar en “los desórdenes” y amenazas de censura.
¿Se trata de una manera de volver a jugar al gato y al ratón? Mientras Michel Barnier proseguía el domingo sus consultas para formar su equipo ministerial y definir su hoja de ruta, la Agrupación Nacional, cuyos dirigentes saturaron el espacio mediático este fin de semana, dejó claro que pretende más que nunca situarse en el centro del juego.
Su brazo armado: el contingente de 126 diputados de la Asamblea –e incluso 142 con el apoyo de los aliados de Eric Ciotti– que podría tener en sus manos el futuro del futuro gobierno.
“No damos carta blanca. Si en las próximas semanas los franceses vuelven a ser olvidados o maltratados, no dudaremos en censurar al gobierno”, gritó Marine Le Pen el domingo desde su bastión de Hénin-Beaumont, adonde regresaba.
Ante la prensa y en su discurso, la líder de los diputados del RN alternó puntos positivos para Michel Barnier y advertencias.
Para ella, no se trata de condenarlo de plano. Como el diputado del RN Jean-Philippe Tanguy, quien, después de calificar apresuradamente a Barnier el miércoles antes de su nombramiento como un “fósil de la vida política” y “uno de los políticos más estúpidos de la Quinta República”, tuvo que comerse el sombrero el domingo en BFMTV al admitir que no debería haberse “expresado de esa manera con otro político”.
La Sra. Le Pen saludó la búsqueda de un “compromiso” por parte de Barnier, en línea con lo que esperaba de un Primer Ministro “respetuoso de los 11 millones de electores de Agrupación Nacional”.
También consideró que el ex comisario europeo y ministro de Jacques Chirac y Nicolas Sarkozy no era “responsable del historial” de Emmanuel Macron, en particular de la “ecuación presupuestaria casi insostenible” que le dejó “como herencia”. Y esto a pesar de que la derecha LR, es decir “la familia política del señor Barnier”, “acompañó todos estos errores a lo largo de los años sin aceptar jamás censurar a Emmanuel Macron”.
– “Líneas rojas” –
Mientras que el sábado el líder del RN, Jordan Bardella, había asegurado que no quería participar en “el desorden institucional y el caos democrático” derrocando inmediatamente a Barnier, Le Pen insistió el domingo, juzgando que “no sería muy razonable proceder a la censura después de su discurso de política general”.
Con una salvedad, sin embargo: esta declaración, anunciada por el señor Barnier para “principios de octubre”, corresponde “en un número importante de puntos a las esperanzas que teníamos”.
Para el RN, Barnier está “bajo vigilancia”, como lo expresó Jordan Bardella el sábado por la mañana. “No es una amenaza, es un hecho aritmético”, defendió Le Pen el domingo.
“No es un gobierno vigilado, es un gobierno bajo la benevolencia de la extrema derecha”, se quejó el exdiputado de Insoumis Alexis Corbière en LCI.
Deseosa de intervenir, Le Pen pretende “en las próximas semanas indicar al primer ministro las líneas rojas y las medidas que consideramos importantes y cuya consideración es indispensable”, instando a Emmanuel Macron a recurrir a referendos, en particular sobre “poder adquisitivo, inmigración, seguridad, salud”.
La sesión parlamentaria del RN, que se celebrará del jueves al domingo en París, debería permitir al partido de la izquierda aclarar sus expectativas. Tanguy afirmó que observaba al jefe de gobierno en el momento decisivo en materia de “justicia fiscal”, en particular “el peso del IVA y de los impuestos sobre los carburantes, la electricidad y el gas”.
“¿Realmente implementará el señor Barnier, en materia de inmigración, las medidas que prometió durante las primarias republicanas” en 2021, cuando pidió una moratoria a las entradas, preguntó Tanguy.
El reparto del gobierno será objeto de un intenso análisis porque “no tendría sentido que el señor Barnier (…) nombrara a un ministro que nos insulta”, argumentó Tanguy, citando el caso del ministro de Justicia, Éric Dupond-Moretti. El diputado mencionó, sin embargo, a “personas competentes de izquierda”, como el ex ministro de Economía, Arnaud Montebourg.
¿Lo escuchará el señor Barnier? El domingo, continuó su mesa redonda recibiendo por la mañana a los dirigentes de Horizons, entre ellos a su predecesor en Matignon, Edouard Philippe, antes de recibir por la tarde al responsable del MoDem, François Bayrou.
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