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Cisjordania: el ejército israelí se retira de Yenín tras una operación a gran escala
El ejército israelí se retiró el viernes de la ciudad de Yenín tras una gran operación “antiterrorista” en Cisjordania ocupada, y continúa su ofensiva en la Franja de Gaza, tras casi once meses de guerra con el movimiento islamista palestino Hamás. Estados Unidos instó el jueves a Israel y Hamás a ultimar un acuerdo de alto el fuego en Gaza, mientras que las dos partes se acusaron mutuamente de hacer fracasar las negociaciones. Durante una visita a Israel, la ministra alemana de Asuntos Exteriores, Annalena Baerbock, también pidió el viernes un “alto el fuego ahora”, estimando que “el enfoque puramente militar” no ofrece una solución a la guerra. La guerra en Gaza, desencadenada por un ataque sin precedentes de Hamás en Israel el 7 de octubre, ha dejado decenas de miles de muertos y ha provocado una enorme destrucción y una catástrofe humanitaria en el territorio palestino donde viven 2,4 millones de personas. – Grandes destrucciones – Desde el 7 de octubre, la violencia se ha intensificado en Cisjordania y el ejército lanzó el 28 de agosto una vasta operación “antiterrorista” en el norte de este territorio ocupado por Israel desde 1967, donde los grupos armados que luchan contra Israel son particularmente activos. Las incursiones, habituales en Cisjordania pero que rara vez han alcanzado tal escala, se han centrado en Yenín y sus alrededores y han estado acompañadas de importantes destrucciones según testigos y periodistas de la AFP. Según los habitantes, los soldados israelíes se retiraron durante la noche de Yenín y su campo de refugiados. “Hasta la fecha, 14 terroristas han sido eliminados y más de 30 sospechosos han sido detenidos” en Yenín, indicó el ejército israelí en un comunicado el viernes, sin anunciar sin embargo el fin de su operación. Según el Ministerio de Salud de la Autoridad Palestina, un total de 36 palestinos de entre 13 y 82 años han sido asesinados por el ejército israelí en el norte de Cisjordania desde el 28 de agosto. El ejército anunció por su parte que uno de sus soldados había caído en combate en Yenín el 31 de agosto. El ministro israelí de Asuntos Exteriores, Israel Katz, dijo el viernes a Baerbock que el líder supremo iraní, el ayatolá Jamenei, quería “armar Judea y Samaria (Cisjordania, n.d.r.) como Gaza”. Al mismo tiempo, el ejército israelí continúa su ofensiva en la Franja de Gaza, donde la Defensa Civil informó de heridos en el bombardeo israelí de una casa en Bureij, en el centro del territorio. – “Parcialidad ciega” – El ataque de Hamas del 7 de octubre provocó la muerte en el lado israelí de 1.205 personas, en su mayoría civiles, según un recuento de la AFP basado en datos oficiales. De las 251 personas secuestradas ese día, 97 siguen detenidas en Gaza, 33 de las cuales han sido declaradas muertas por el ejército. Las operaciones israelíes, que han provocado una catástrofe humanitaria y sanitaria en la asediada Franja de Gaza, han dejado 40.878 muertos, según el Ministerio de Sanidad del gobierno de Hamás, que no facilita detalles sobre el número de civiles y combatientes muertos. Según la ONU, la mayoría de los muertos son mujeres y niños. Con Qatar y Egipto, Estados Unidos, principal aliado de Israel, lleva meses mediando para convencer a las dos partes de que lleguen a un acuerdo. El jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, confirmó las evaluaciones estadounidenses de que el 90% del acuerdo está listo. “Realmente depende de ambas partes llegar a un acuerdo sobre las cuestiones restantes”, dijo en una rueda de prensa. Por su parte, Khalil al-Haya, miembro de la oficina política de Hamás con sede en Qatar, estimó que si Estados Unidos “realmente” quiere alcanzar un alto el fuego, debe “abandonar su sesgo ciego a favor de la ocupación sionista y ejercer una presión real sobre Netanyahu”. – Netanyahu se muestra inflexible – Desde que el domingo se anunció el descubrimiento en Gaza de los cadáveres de seis rehenes israelíes, asesinados “a quemarropa” por Hamás según el ejército israelí, Netanyahu se encuentra bajo una fuerte presión para alcanzar un acuerdo que permita la liberación de los rehenes. Pero el primer ministro sigue siendo inflexible, tras haber prometido destruir a Hamás, que tomó el poder en Gaza en 2007 y es considerado un movimiento terrorista por Estados Unidos y la Unión Europea. Entre los puntos de fricción para un acuerdo figura el deseo de Netanyahu de mantener el control israelí sobre el Corredor de Filadelfia, una zona de amortiguación a lo largo de la frontera entre Gaza y Egipto, para impedir que Hamás introduzca armas en territorio palestino o extraiga rehenes o algunos de sus combatientes a través de túneles hacia Egipto. “No se está negociando ningún acuerdo”, declaró Netanyahu en la cadena estadounidense Fox News. Hamás insiste en la aplicación tal y como está del plan anunciado el 31 de mayo por el presidente estadounidense Joe Biden, que prevé una tregua de seis semanas acompañada de una retirada parcial israelí y la liberación de rehenes, y luego, eventualmente, una retirada total israelí del territorio. lsb-vl/bfi
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