Más allá de Gisèle Pelicot, violada durante diez años por decenas de desconocidos reclutados en internet por su marido, es una familia entera la que está rota, declaró el viernes su hija, acusando a su “padre” de ser “uno de los mayores criminales sexuales de los últimos 20 años”.
“¿Cómo podemos reconstruirnos cuando sabemos esto?”, se pregunta Caroline Darian, de 45 años, hija del principal acusado, que ahora se presenta públicamente bajo el seudónimo con el que publicó un libro (“Y dejé de llamarte papá”), para proteger su relación y a su hijo.
Ante el tribunal penal de Vaucluse, donde su padre y otros 50 hombres, de entre 26 y 74 años, están siendo juzgados desde el lunes durante cuatro meses, recuerda el día en el que descubrió todo.
“El 2 de noviembre de 2020, a las 20:35, mi vida cambió literalmente”, explicó al relatar el momento en el que su madre, tras enterarse también de todo por la policía de Carpentras (Vaucluse), la llamó para informarle.
“Mi madre me dijo: ‘Pasé buena parte del día en la comisaría, tu padre me drogaba para violarme con desconocidos’”, cuenta. “Llamé a mis hermanos, estábamos indefensos, lloramos, no entendíamos”.
Al día siguiente, los tres niños se encontraron en Carpentras, ante la policía.
“Siempre veré a David, blanco, estoico, y a mi hermano pequeño Florian desplomándose”, describe, sobre ese momento en el que un policía estima “entre 30 y 50” el número de los agresores de su madre.
– “El fin de la inocencia” –
Al final de la investigación, 72 hombres fueron finalmente identificados como responsables de abusos contra la Sra. Pelicot, entre julio de 2011 y octubre de 2020, de los cuales solo 50 fueron identificados y están siendo juzgados en Aviñón.
Ese mismo día, 3 de noviembre de 2020, la policía le mostró dos fotos de una mujer desnuda, aparentemente dormida: “Vemos sus nalgas en primer plano, esta mujer está durmiendo en posición fetal, no la reconozco”, explica Caroline Darian.
“Pero señora, es usted la que tiene una mancha en la mejilla derecha”, le señala el investigador.
“Descubrí que mi padre me había fotografiado, sin que yo lo supiera, desnuda. ¿Por qué?”, se pregunta su hija, convencida ahora de que “el señor Pelicot”, a quien también llama “mi padre”, también la había drogado, como había hecho con su madre, a la que había inundado de ansiolíticos. Fotos que su padre también había difundido en internet.
Y Caroline no es la única, junto a su madre, en haber sido víctima de Dominique Pelicot, de 71 años, quien permaneció acurrucado toda la mañana en un rincón del banquillo de los acusados.
Céline, de 48 años, esposa de David Pelicot, y Aurore P., de 37 años, ex esposa de Florian Pelicot, también fueron fotografiadas desnudas, siempre sin que ellas lo supieran, por su suegro. Ellas tenían la sensación de haber integrado la “familia ideal”, “expresiva” y “amorosa”, con un suegro “servicial” a pesar de sus pocos arranques de ira.
Se trata de “fotos mías embarazada de nuestros gemelos, desnuda, (…) ampliadas sobre mis partes íntimas”, que datan de 2011, precisó Céline ante el tribunal. Otras, de 2019. O este fotomontaje, con la parte superior de su cuerpo, que la muestra en actos sexuales con dos hombres.
Las imágenes también fueron difundidas por Internet. “¿Pero quiénes son y dónde están ahora, dentro de 5 años, dentro de 10 años?”, pregunta la madre, según la cual “todos los nietos de la familia (N.D.: seis en total) han perdido la inocencia”.
– “Estaba tan enojada” –
Céline Pelicot recuerda el día en que sus hijos encontraron a su abuela inconsciente, alrededor de las 11 de la mañana: “Intentaron sacudirla, no reaccionó, salió alrededor de las 5 de la tarde”. La noche anterior, “nuestros hijos podrían haber oído cosas, por eso estaban presentes”, mientras que su abuela probablemente estaba siendo violada, deduce.
Para Aurore, que fue víctima de abusos durante su infancia, este caso también le causó daños. Los investigadores le mostraron fotos de ella desnuda en un baño o en la piscina. Entre ellas, “una foto del pene de mi padrastro en mi bañador, un montaje con +Mi hijastra guarra+ como título.
“La sensación que tenía era de mucha ira por lo irrespetuoso que puede ser un ser humano, estaba muy enojada”, dijo.
“Tengo tres hijos, dos niñas y un niño, y me da miedo verlos evolucionar en un mundo en el que es posible que ocurran este tipo de cosas”, explica la treintañera, evocando la posibilidad de que cambien de nombre: “Mis hijos se llaman Pelicot. No tenemos nada de qué avergonzarnos, pero hay inquietudes. Quizá lo pensemos o lo hagan ellos”.
El proceso, interrumpido el viernes a las 19.30 horas, se reanudará el lunes a las 9 horas con la audiencia de los peritos y psiquiatras que examinaron a Dominique Pelicot. El propio Pelicot debería comparecer el martes por la tarde.
siu-ol/o
Related News :